Una madura con ganas
Fecha: 29/12/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... piernas empezaron a flaquear y sus gemidos eran más intensos. Aquel hombre había tocado el punto que le proporcionaba más placer, al extremo que ella ya no podía sostener la posición. Entonces, le manifestó que se detuviera un momento. El así lo hizo, retirando su miembro. ¡Ven a la cama! Dijo ella. Quiero estar más cómoda.
Y allá, determinó que Kevin se acostara de espaldas, de manera que ella pudiera cabalgarlo a placer. Su enorme, duro y erecto pene era toda una invitación. Ella lo cabalgó, se acomodó el miembro del hombre a la entrada de su vagina y descargó el peso de su cuerpo, permitiendo la penetración a su gusto, poco a poco, lentamente, acompañando la maniobra con expresiones de placer. Y, una vez instalada sobre aquel, a sus anchas, empezó a moverse a voluntad, explorando en cada variación novedosas y nuevas sensaciones. El hombre, complacido, mientras tanto, recorría con sus manos todo su cuerpo, sus nalgas y sus senos especialmente, caricias que elevaban al máximo las sensaciones de placer.
No sé si era la actitud del hombre, dispuesto a complacerla, la plenitud que le proporcionaba tener aquel miembro grande dentro de sí, la adrenalina que le generaba salirse de lo normal y darse esas libertades, o la emoción de sentir que podía disparar su placer cuándo y cómo quisiera venciendo todas las limitaciones. ¿Qué importa acaso si se acuesta con dos, tres o más hombres en una noche? La verdad, pensaría ella, la vida resulta corta, y ¿por qué no aprovechar las ...
... oportunidades si se presentan? Tal vez lo que estaba ocurriendo aquella noche pudiera parecer censurable, pero, ¿qué importa? Lo cierto es que la estaba pasando de lo lindo. Después de una pareja un tanto apática, el nuevo hombre era una bomba de placer.
Sus movimientos eran más intensos, al igual que sus gemidos, proferidos sin control no censura alguna. Seguramente más de uno estuvo curioso por saber qué estaba pasando en aquella habitación. Ella se movía, se contorsionaba, gemía y, por fin, sus esfuerzos parecieron tener recompensa porque, de un momento a otro, apretó su cuerpo contra el de él, apretó sus nalgas y dejó caer su torso sobre el cuerpo del muchacho, besándolo con mucha pasión hasta que, rendidos por la faena, sus cuerpos quedaron inmóviles. Ella se quedó encima de él, con su miembro dentro, y él, solo dejaba que el tiempo pasara. Al rato, ella, un tanto recuperada, se colocó a un costado, manteniéndose al lado de él.
Oye, dijo él, estabas muy caliente. ¡Súper! Me gusta cuando la mujer toma la iniciativa y se mueve a placer. Yo me siento bien cuando eso pasa y simplemente me dedico a ver cómo la pasa la dama. Y, por lo visto, estabas con ganas de recibir un buen mantenimiento. ¿Hace cuánto que no te dabas estas libertades? Pues, hubo alguien antes que tú, dije yo. La señora anda con su deseo sexual disparado y parece que está un tanto insaciable. Uuuyyy, replicó el hombre, pues tiene mucha energía la señora. Y ¿será que ya calmó su calentura? ¿Por qué ...