Toda una señora puta...
Fecha: 18/10/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... en contacto a ver cómo negociamos. A ella le va bien, comentó, ya se pudo dar cuenta. Y, aunque habíamos quedado en otra cosa, yo la compensé por su trabajo. Hasta pronto… Hasta luego Señora Magda, respondí.
Salimos de allí, llegamos hasta nuestro vehículo y emprendimos el regreso hasta nuestro hogar. Al principio hubo silencio entre los dos, pero unos minutos más tarde mi esposa entabló conversación. Bueno, dijo, ya sé que esto no me queda grande. ¿A que viene el comentario? Pregunté. Porque tenía mis dudas si podría estar con más de un hombre en una sola jornada, pero, de verdad, todas las parejas me entusiasmaron y disfruté cada encuentro. No sé si por ser una experiencia diferente, o porque era algo que tal vez hace tiempo quería probar, cada encargo me entusiasmaba. Creo que también tuvo que ver con sentir que me sentía especial por ser escogida, habiendo tantas otras niñas, más jóvenes, más bellas y más expertas en el oficio.
Yo, la verdad, me comporté tal como me sentía. A cada uno de ellos me le entregué con mucha confianza y dedicación, tratando de que se sintieran bien y de sentirme bien y disfrutar al máximo la experiencia. Al fin y al cabo, se trataba de satisfacer un capricho más, que nosotros mismos habíamos elegido. Sabíamos en que nos habíamos metido. Era algo que se hacía por gusto y no por obligación, así que me sentía muy segura y tranquila con cada uno de ellos. Me sentía muy halagada cuando esos hombres me preferían y procuraba que se sintieran a ...
... gusto conmigo. Todos me excitaron y con todos disfruté el encuentro. No tengo queja, tal vez porque lo hacía por propia voluntad.
Bueno, pregunté, ¿y qué pasó en aquel primer encuentro? ¿Por qué dijiste que aquel hombre era confiable? Porque yo lo conocía, dijo. ¿Cómo así? repliqué. Ese es David, el profesor de la Universidad Nacional con el que me involucré hace unos años, ¿recuerdas? Yo no me acuerdo. ¿Cuándo fue eso? Tú andabas en confiancitas con tus amigas del trabajo, lo cual me había disgustado. Habíamos discutido, estaba vulnerable y, sintiéndome despreciada, resulté conociendo a David mientras hacíamos fila para pagar servicios en un banco. Nos caímos bien. Volvimos a vernos varias veces. El interés inicial terminó convirtiéndose en otra cosa y ya no me gustó. Para completar, en aquella época, a él lo trasladaron y me propuso que me fuera con él. Y desde entonces no nos veíamos.
Yo no había reparado en él. Está un poco cambiado y vestido de manera diferente. Fue él quien me reconoció. Al principio sentí un poco de vergüenza y me ruboricé, así que bebí a la par de él para desinhibirme un poco. Te habrás dado cuenta que bailamos, conversamos y demás, recordando lo que había sucedido en el pasado. Y luego, como podrás imaginar, me propuso terminar lo que había quedado inconcluso. Y yo, haciendo el papel de la prostituta, ¿qué iba a responder? Al fin y al cabo, es un cliente. Eso fue todo. Y claro, habiendo quedado esa deuda pendiente, las cosas se dieron más fácil. ...