1. Toda una señora puta...


    Fecha: 18/10/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... Creo entender que, en aquella ocasión, él te propuso tener sexo y tú no aceptaste. Así fue, contestó. Pero ahora, en este papel, no había excusa.
    
    ¿Y no te reprochó que estuvieras en estas? No. Le conté la verdad y el por qué estaba allí. Por eso accedió a que estuvieras presente. Creo que, de alguna manera, trató de humillarte. No sé. En ese tiempo el tipo me despertaba el deseo, y varias veces me insistió que te dejara, pero, aunque el tipo me gustaba, tenía miedo y me restringía de hacer muchas cosas. Ahora es diferente, no le pongo tanto misterio al asunto. Así que la curiosidad fue comprobar cómo me sentiría con él debido a ese pasado. Y estuvo bien. Quedó de llamarme. Vamos a ver si lo hace más adelante. Bueno, ¿y qué pasó con los demás?
    
    El otro hombre era un tipo algo regordete, de pelo rizado, desarreglado. El tipo, no más entró a la habitación, me pidió que le permitiera desnudarme. Le informé que no estaba permitido que me tocara. Me ofreció $ 50.000,oo si lo dejaba hacerlo. Le pregunté qué tenía en mente y me dijo que solo quería acariciarme y sentir la textura de mi piel. Estuve de acuerdo. Así que me desnudó, dejándome tan solo vestida con los zapatos, y me acarició hasta donde más no pudo. Y después me pidió que me colocara en posición de perrito y me penetró. Su miembro era bastante grueso y sentí muy apretada su penetración. Me decía, ¡muévete duro perra! ¡Gánate la plata! Y eso no me disgustó. Fue una sensación extraña, diferente, me excitó y me hizo ...
    ... venir.
    
    El otro cliente era un oficinista. Había discutido con su novia y estaba como dispuesto a vengarse de ella, pero yo pienso que descargó toda su energía y ofuscación conmigo, porque, sin decir palabra, yo sólo me quité los pantis mientras él se desnudaba, y me acosté en la cama, esperándolo. Y el tipo, sin dudarlo, se montó encima de mí, me penetró y empezó a follarme muy brusco. Pero, contrario a lo que me esperaba, esa manera de hacerlo me excitó, me gustó y se lo dije, así que el hombre le dio y le dio hasta que ambos nos vinimos. No sé. Fue especial. La verdad, pienso, yo estaba encantada con la posibilidad de tener a varios hombres a mi disposición. Creo que era eso.
    
    El otro fue un negrito chocoano. Y ya tu sabes que esos tipos me derriten. Con ese sí fui especial. Le hice sexo oral y me excité sobre manera. Su miembro estaba durísimo y grande, y yo toda húmeda. Ese muchacho me penetró como quiso, en posición de misionero, de lado, de perrito y me cargo, manteniéndome ensartada. Fue espectacular. Ni para qué te digo cómo la pasé. A él le conté que andaba de aventura contigo y que me gustaría que tú nos pudieras acompañar. Me dijo que quizá en otra ocasión, pero que ahora mismo quería disfrutarme de manera exclusiva. Le dije que no había problema y que esperaba que ojalá la pasara bien.
    
    El otro fue un señor casado, ya mayorcito, que me cogió de paño de lágrimas a contarme sus dichas y sus tristezas. Se había separado de su esposa. Discutían por el manejo de ...