Relatos eróticos esposos cómplices cap 66 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 66

... que sin ningún compromiso podía ir a verla una noche. Le aceptamos el día martes que  dijo y además le pedimos que nos acompañe a cenar.

Llegó esa noche con una botella de vino y después de los  saludados protocolares conversamos un rato de su trabajo, de nuestra panadería y algunos asuntos de la familia, de allí pasamos a la habitación yá arreglada que le ofrecimos y viéndola, calculaba las dimensiones para ubicar sus cosas y le parecía perfecto preguntando después si alguien más vivía con nosotros y si tendría llave para tener independencia de hora. Le dijimos que nadie más vive con nosotros y él tendría llaves y libertad horaria, lo que si pedimos es evitar la bulla y que no ingresé gente extraña, estando de acuerdo nos dejó copia de sus documentos y esperaría nuestra conformidad para firmar contrato.

Todo ok, se mudó con nosotros a los dos días y convivimos entre saludos y algunas conversaciones en forma normal por 3 meses, en que una noche a éso de las 3 AM escuché en su habitación gemidos raros y tratando de enterarme de lo que pasaba encontré un huequito en la pared y sin hacer ruido ví que con su luz apagada ponía mucha atencion me imagino a una peli porno, por qué estaba desnudo en la cama acariciando una verga negra, gruesa, larga y cabezona que por momentos la zamaqueaba y en otras la pajeaba mientras que con la mano izquierda en todo momento sobaba sus huevos y después de media hora soltó bastante leche cayéndole hasta en la cara. 

Asombrada por lo visto ...

... traté en vano de despertar a mi marido quedandome dormida con ésa visión.

A la noche siguiente el señor me saludó de lo más normal signo de que no se había dado cuenta que lo había espiado y en la cama le conté a mi esposo lo que había visto. Después de asimilar lo que le conté me preguntó de lo que yo pensaba. Le dije que no le conocíamos pareja, tampoco sabemos si visita algún burdel, creo le dije que se desahoga de ésa manera.
Creés, me preguntó, si ésto es motivo para mudarlo. 
Creo que no le dije, por que él está haciendo uso de su privacidad que le da el cuarto alquilado más bien nosotros estamos en falta.
Miguel me  dijo entonces lo dejamos así y no pasó nada.

A los dos días volvió a pasar lo mismo y con mi esposo miramos y sorprendidos parece que ambos gozamos del espectáculo que nos calentamos tanto que nos dimos dos polvos con fantasía de negro incluído.

Quince días estuvimos en lo mismo hasta que Miguel me preguntó si le aguantaría al negro y le dije intentando  nomás lo sabré y él se resistía pero en el fondo quería verme empalada por ése negro y yo igual quería y no quería.

Durante una semana estuvimos hablando del  asunto, pensando que sería ir bajando al fango otra vez si me acostaba con ése hombre, pero también pensamos que era muy diferente éso a tener que volver a usar droga por que el sexo es un placer del momento y después sigues tu vida normal en cambio la droga es un vicio que mientras más la consumas más la deseás y muy difícil que salgas ...