Relatos eróticos esposos cómplices cap 66 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 66

CONTINUACIÓN

Después de haber gozado de sexo casual con el borracho de la disco nos fuimos con mi esposo a casa en taxi por estar en copas y sin decir palabras dormimos hasta la mañana en que después de bañarnos y alistarnos comenzamos una nueva jornada laboral.

En la noche mi esposo en la cama decidió hablar acerca de ése capricho que tuve y como sería en el futuro, por que pensaba que éstos deslices ya no habrían en nuestro matrimonio.

Dije, Amor yo  también  pensé lo mismo, pero  ése día al ver esa verga diferente a la tuya, quise saber cómo se sentiría tenerla en mis manos, boca y muy dentro mío, por que yo he conocido el sexo en un estado drogo y no lo he gozado como debió haber Sido, ahora contigo lo hago en mis 5 sentidos y me parece algo sensacional y  ése día al ver una más grande me provocó y quise probarlo, no me pareció algo terrible después de haber tenido tantas dentro mío y conversando contigo me lo autorizaste y lo hice.

Me dijo, Cariño, sabes lo mucho que te he llegado a querer y con todo lo que hemos pasado me siento más ligado a ti y quiero darte gusto en todo pero primero quiero comprenderte. Sé que tu virginidad la perdiste con Vas estando drogada y nunca tuviste tiempo de gozar del sexo, algo diferente a lo mío que yo si lo goze antes y no me considero un tipo calentón, pero en tú caso no sé si ahora quieres hacerlo por calentona o por conocer un poco más del sexo, por eso permití que lo hicieras con ése borracho a ver si tienes una ...

... definición .

Dije, Amor la verdad no lo sé, me gustó si, pero no sé si fué por la adrenalina o por que me gustó cómo me lo hizo o por conocer algo más, lo único que te puedo decir es que yo también te quiero mucho y si tú no lo apruebas no lo volveré a hacer.

Me dijo, Cariño no quisiera llevar nuestra relación con prohibiciones, quiero que ambos seamos libres de hablar y hacer lo que deseemos pero anteponiendo la felicidad, tranquilidad del otro y más que nada ser muy discretos pensando que ahora estamos muy cerca a nuestros padres.

Dije, Amor, tienes toda la razón, así lo haremos y si el cuerpo nos da hablamos de cualquier inquietud que tengamos.

Hicimos el amor y dormimos bien abrazados complacidos de haber cimentado en algo más nuestra relación y así entre las labores de la casa, del negocio y las visitas de nuestros padres llegamos al año en que el balance de la panadería nos arrojaba una buena utilidad celebrando con los trabajadores y la familia.

Entre nuestros clientes había un señor de más o menos 50  años de origen africano muy gracioso que su empresa lo había destacado a nuestro país por un año y estaba alojado en un hotel  mientras conseguía un mini o un cuarto grande para mudarse.

Estando sólo en la ciudad hizo amistad con nosotros y viendolo serio con mi esposo hablamos de la posibilidad de alquilarle una habitación grande que la teníamos vacía y podría servirle a él y a nosotros producirnos una ganancia.

Estando de acuerdo se la ofrecimos diciéndole ...