1. Espiando al magrebí.


    Fecha: 06/12/2022, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ...   Así así, ya está, ya la tienes toda dentro, me decía empezando el magrebí a gemir, notando como mi caliente culito le apretaba la polla, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba el magrebí con la polla metida hasta los huevos en mi caliente culo.
    
       Yo que seguía completamente inclinado facilitándole así que su polla pudiera entrar más fácilmente, podía notar sus cojones pegados completamente a la entrada de mi culo y como su pelvis y vello púbico, estaban pegados a los cachetes de mi culito.
    
    Cuando el magrebí vio que yo ya me había relajado, empezó poco a poco a mover su pelvis, haciendo que su polla fuese saliendo y volviendo a entrar por mi culo.
      Yo al notar como su polla salía y volvía a entrar por mi culo, chillaba y gemía como un poseso, no es que me doliera, no ya no me dolía nada, era que con su suave movimiento que me estaba empezando a dar, podía sentir como aquella verga rozaba una y otra vez mi glándula prostática, haciéndome delirar de gusto.
    
       El magrebí al ver como yo además de gemir y chillar Como un poseso pidiéndole que me follara, veía como yo cada vez pegaba más mi culo a su pubis cada vez que el sacaba su polla para volvérmela a meter, empezó poco a poco a follarme más rápido.
       Así, así, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Gritaba el magrebí dándome por el culo cada vez a mayor rapidez.
    
       Ya la follada que me estaba dando era una follada salvaje, me movía como si fuese una marioneta de papel, me sujetaba ...
    ... fuertemente con sus manos y me daba por el culo a saco, ya no tenía contemplación alguna, sabía perfectamente que mi culito ya se había dilatado y acostumbrado a su polla y ahora me daba con toda su alma.
       Yo que no podía parar de gimotear, cada vez ya estaba más erguido, incluso hubo ocasiones en los que me puso prácticamente en el aire, ya prácticamente me tenía de puntillas y seguía follándome como un toro de miura.
      Yo no dejaba de soltar gemidos chillando de tanto gusto que me estaba dando aquel magrebí, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba notando como la polla del magrebí se introducía por mi culo una y otra vez.
       Allí solo se escuchaban nuestros gemidos, los jadeos y gruñidos que daba el magrebí y el golpeteo de su pubis, golpeando los cachetes de mi culo, una y otra vez, plof, plof plof plof plof, plof, plof plof plof plof.
    
      Ambos estábamos sudando como 2 toros de miura en plena corrida, hasta que empecé a notar como el magrebí apuraba como si fuese una locomotora, me clavaba sus dedos fuertemente en mis estrechas caderas, empezando este a gruñir y resoplar, pudiendo sentir como su polla empezaba a palpitar dentro mía, como se clavaba más a fondo, empezando a soltar trallazos de esperma dentro de mi culo, preñándome con su semen mis entrañas. 
       Ya, ya me corro, ya me corro, ¡ohhh que gusto! ¡ooohh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba el magrebí, soltando trallazos de semen que regaban mis entrañas, dejándome el culo preñado de leche.
    
       Yo que estaba que ...
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