Espiando al magrebí.
Fecha: 06/12/2022,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... aseos públicos, no vi a los 2 tortolitos, por lo que me supuse que sí, que habían bajado a los aseos. En ese momento me alegré de venir tras ellos, pues mis sospechas parecían que se habían cumplido. Muerto de nervios, empecé a bajar las escaleras de dichos aseos públicos, nada más empezar a bajar las escaleras, ya me percaté de que la puerta del aseo de niños estaba entornada, no se podía cerrar ya que dicha puerta no terminaba de encajar para poder cerrarla, cuando hacía un momento que yo había salido de dichos aseos, esa puerta estaba totalmente abierta, así que sospeché que se abrían metido allí. No hizo falta que terminara de bajar las escaleras para confirmar lo que estaba sospechando, pues se pudo escuchar muy claramente los gemidos de excitación que acababa de soltar el jovencito. No me gustó mucho que fuese allí en el aseo de niños donde estuvieran, pues allí solo había 2 cubículos y no tenía urinarios, por lo que entrar se me hacía algo fuera de lugar. Me dirigí hacia los aseos de hombres, entré y pude comprobar que no había nadie, estaban tal y como hacía un momento que los había dejado yo. No sabía que hacer, estaba que me moría de envidia y la excitación y calentura cada vez era mayor, así que sin tener muy claro en que hacer, salí del aseo de caballeros y me acerqué al aseo de niños. Este se encontraba justo en la otra esquina ya que el aseo de señoras estaba justo en medio de ambos aseos, caballeros y niños.
Cuando me acerqué a la puerta de dichos aseos, ...
... ya pude escuchar muy claramente los gemidos y jadeos que soltaba el caliente del jovencito, bufff, aquello me ponía más malo de lo que ya estaba. Me quedé pegado a la puerta sin saber que hacer, por un lado, deseaba entrar y por otro me daba mucha vergüenza, no quería interrumpir lo que a todas leguas sabía lo que estaban haciendo. Miré por la abertura que dejaba la puerta entornada pero apenas se podía ver nada, solo veía parte de la espalda del que me pareció el magrebí, volviendo a escuchar los gemidos que soltaba el jovencito, Dios que morbo y excitación sentí, me daban ganas de sacarme la polla y empezar a pajearme allí mismo, escuchando como gemía el jovencito.
Justo fue cuando me acordé de que desde las escaleras que bajaban hacia los aseos, al llegar a la mitad, se podía ver por uno de los ventanucos que daban afuera, el interior de los aseos de niños, pues estaba roto y si además no se habían metido en ninguno de los 2 cubículos que tenían, como así parecía ser, pues podría verlos perfectamente, para que no te vieran desde dicho ventanuco que se encontraba roto, tenías que cerrar la puerta del cubículo, cosa que nadie solía hacer. Yo tampoco lo había hecho el día que descubrí que por allí te podían estar viendo, el día que me estaban dando por el culo, teniéndome completamente desnudo.
La cosa es que cachondo como estaba, para allí que me fui, quería y deseaba ver como el magrebí le daba por el culo al jovencito y lo hacía gemir. Efectivamente, al llegar a ...