Desvirginada
Fecha: 29/08/2022,
Categorías:
Jóvenes
Tus Relatos
Autor: Gatitavenus, Fuente: drugsounds.ru
... otra de Luis, manoseándome las piernas y la rajita por encima y por debajo del calzón. Mientras que la otra mano de Luis tratando de sacar uno de mis pechos a través del escote de mi vestido rojo pero no pudo porque mis pechos no son tan grandes como para sacarlos por ahí.
Con su otra mano, Iván me tenía abrazada y buscaba mis labios para seguir con sus besos, los cuales acepté muy gustosa e inmediatamente, precisamente en ese momento él tenía su mano bajo mi calzón, recorriendo mi rajita y cuando encontró mi hoyito su dedo se metió en mi vagina fácilmente por culpa de las grandes descargas de mis jugos que ya me habían provocado.
Por su parte, Luis siguió en su empeño por sacar uno de mis pechos, para eso me bajó un poco el vestido de los tirantes y por los hombros y automáticamente descubrió por completo mis dos pechos aún cubiertos por mi sostén, el cual bajó también con facilidad. Inmediatamente se puso a chupar el pezón que quedaba de su lado.
Yo estaba extasiada, abría mis piernas para permitirle al dedo que tenía clavado en mi hoyito vaginal que se introdujera más a fondo, le ofrecía mis senos a Luis levantando lo más posible mi pecho, y correspondía con pasión los besos de Iván para disfrutar mejor del momento.
En ese instante llegó Jorge con su amigo Gustavo, dueño de la casa, y con otro amigo que pensé que ya se había ido, llamado Andrés. Sorprendido por la postal erótica entre su supuesta novia y sus amigos, Jorge les dijo desde lejos casi gritando:
-¡Hey, ...
... hey, hey! ¿Ya empezaron? Si se supone que yo soy el mero, mero.
Entonces Iván y Luis se separaron de mí, quedando yo con las piernas abiertas, mi calzón desacomodado, mi vestido rojo con la falda totalmente levantada, mis pechos al aire libre y yo bien excitada, con la respiración acelerada y con la mente perdida en una absurda felicidad y con una imperante necesidad por ser cogida.
Jorge volvió a hablar:
-Bueno, por lo menos ya me la dejaron calentita y lista para meterle mi verga.
Sin perder tiempo se fue desnudando mientras se acercaba a mí, mientras los otros cuatros lo siguieron desnudándose también.
Hambrienta de verga, acepté con agrado el ofrecimiento de Jorge para mamarle su enorme verga, la cual estaba flácida. A diferencia de la primera vez, yo no le tenía nada de miedo, al contrario, me sentía dichosa por tener una verga de gran tamaño que cada vez crecía más y más con mis mamadas y que era toda para mí solita.
Jorge me decía:
-¡Así puta! Cada vez lo haces mejor… Te dije que te convertiría en mi puta y ya ves, se nota que te encanta mi verga.
La verdad tenía razón, yo estaba enloquecida tratando de tragarme su pene hasta el fondo de mi garganta.
No tardó mucho en ponérsele bien dura, entonces sacó de mi boca ese manjar y se apartó un poco. Yo me puse triste pero inmediatamente otras cuatro vergas me ofrecieron sus delicias como consuelo. Eran sus cuatro amigos que me rodearon con sus vergas en mi cara.
Con mucho agrado acepté y además con la determinación ...