1. Rosa


    Fecha: 03/08/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... me dijo que te hiciera pasar para que la esperaras ahí.
    
    Se levantó, me tomó la mano, y me llevó hasta su oficina. Entramos y me pidió que me sentara en el sillón, ella se sentó conmigo y dijo:
    
    - Conque tú eres la chica que nos miraba el otro día verdad. ¿Te gustó lo que viste?.
    
    Yo no sabía qué decir, ella estaba muy pegada a mí y me miraba muy fijamente.
    
    - ¿Quieres que lo hagamos ahora?
    
    Me susurró al oído. Después empezó a lamérmelo.
    
    - Sí.
    
    Dije suspirando. Ella me empezó a lamer el cuello y a acariciar una teta por encima de la blusa. Yo estaba muy caliente desde el momento que salí de mi casa, así que ella no necesitaba mucho para convencerme. Ahora lo estaba haciendo con otra chica, no lo podía creer, Rosa me había hecho una lesbiana y me encantaba. En eso entró Rosa.
    
    - ¡Pero que par de maricas tan calientes son, conque ya están cogiendo!.
    
    Volteé sorprendida y me paré inmediatamente. Angélica que es su secretaria también se paró y trató de hablar.
    
    - Ama yo sólo...
    
    - ¡Cállate!. Quiero que se encueren ahora. ¡Rápido!
    
    Nos comenzamos a desvestir lo más rápido posible, ella también se quedó Totalmente desnuda.
    
    - Ahora quiero verlas besándose, quiero que me exciten.
    
    Nos miramos Angélica y yo y nos comenzamos a besar y acariciar, poco a poco empezamos a entrar en calor otra vez. Rosa estaba sentada, en su silla masturbándose mientras nos veía.
    
    - Así par de putitas cojan para su ama.
    
    Se levantó de pronto, se acercó a nosotras, tomó a ...
    ... Angélica de los cabellos, la jaló hacia ella y la besó fuertemente. Era excitante verlas, Angélica parada de puntitas y Rosa bajando un poco la cabeza para pegar su boca con la de Angélica. Rosa la besaba como si se la fuera a comer, alcanzaba a ver cómo sus lenguas se abrazaban, a Angélica le corría saliva por la boca y yo me calentaba cada vez más. Por fin Rosa soltó a Angélica dejándola con la respiración acelerada y con la pintura de labios embarrada alrededor de la boca. Me volteó a ver como a un objeto de su propiedad, y me hizo lo mismo. Me penetró con su lengua y me dejó casi sin aire.
    
    Sacó unas esposas de cuero, me puso los brazos en la espalda, y me las colocó en las muñecas. Lo mismo hizo con Angélica, después sacó una correa de cuero como de tres metros con dos bozales en las puntas y nos puso un bozal a cada una. Ese juego me gustaba cada vez más.
    
    - Qué sumisas se ven putitas. Esto me calienta mucho. Ahora son mis perras personales.
    
    Me encantaba esto, me sentía más suya. Ahora era su esclava, me podría hacer lo que quisiera.
    
    - Chúpenme perritas, chupen las tetas de su ama.
    
    Las dos nos dejamos ir a sus tetas, se las mamábamos con devoción mientras la mirábamos al rostro como si fuera nuestra diosa. Chupábamos como un par de bebes lactando.
    
    - Chupen mamonas. ¿Esto les encanta verdad maricas?.
    
    Bajó sus manos y nos empezó a acariciar el culo. Me apretaba las nalgas muy fuerte, yo sólo soltaba su teta para soltar quejidos por el dolor. A Angélica ...
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