1. El hermano de mi hermano es de cuidado (II)


    Fecha: 26/07/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... ¡Pues te vas! —gritó mi padre.
    
    — Si Julio se va yo también me voy, —gritó Sinto que jamás había levantado la voz.
    
    Mi padre se puso a mirar a mamá Martina y ella dijo:
    
    — Lo que los chicos hagan entre ellos no daña a nadie; si los echas, yo también me voy con ellos.
    
    — Pero…
    
    Martina cortó en seco:
    
    — Ya estoy hasta de que mis esposos maltraten a mis hijos, ya tengo uno en la cárcel por culpa de mi primer esposo, ¿ahora dos hijos en la calle por culpa tuya? No, a Julio me lo he criado yo siendo pequeño y es un amor conmigo, tú solo no decides de él; de Sinto ni qué decir…, estos hijos míos se aman, mejor los quiero que se amen a que se odien…
    
    Mi padre calló un rato largo y al final dijo:
    
    — No voy a ser yo quien te haga la vida imposible, mi niña, si quieres a nuestros hijos, yo también los quiero, aunque no entiendo nada…, yo no quiero ser culpable de esto, no quiero, no quiero…
    
    Y se puso a llorar como un niño desesperado. Nos acercamos Sinto y yo para abrazarle y le dije:
    
    — Papá, no eres culpable de nada, nadie tiene la culpa de cómo somos, tampoco sois culpables de que nos amemos intensa e íntimamente, es cosa nuestra, pero siempre nos has cuidado y con mamá Martina junto a ti hemos sido felices…, creo que un día entenderás mejor esto que nos pasa…
    
    Nuestros padres se retiraron y nosotros también, solo teníamos pena por todo lo ocurrido, nos abrazamos y lloramos. Al día siguiente nos fuimos a la U sin ganas, pero lo consideramos necesario. ...
    ... Durante la comida en el comedor universitario hablamos de lo que haríamos si mi papá insistía y si mamá Martina se ponía contra mi padre. No sacamos provecho en toda la mañana, habíamos estado pensando todo el tiempo en todo lo ocurrido el día anterior. Sinto me mostró el periódico que había comprado con toda la noticia sobre Gonzalo. Cuando acabaron todas nuestras clases nos fuimos a casa con la idea de inscribir a Sinto en el gimnasio. Pero estaban esperando nuestros padres y nos quedamos quietos frente a ellos. Mi padre nos dijo:
    
    — Ahora vais a vuestra habitación y ponéis orden.
    
    En silencio fuimos a nuestra habitación y encontramos una cama Queen de 180 cm de ancho por 200 cm de altura. Aquello parecía una plaza de toros rectangular. Cayeron al suelo nuestras mochilas y nos abrazamos. Se asomaron nuestros padres y los abrazamos y besamos mostrándoles nuestro cariño. Era una cama exactamente igual que la que usaban nuestros padres.
    
    Esa noche sí. Si la noche anterior había sido una noche de duelo, ahora en esta noche fue el despilfarro de nuestros padres el que nos animó y rubricamos nuestro amor con una follada por partida doble, primero nuestros besos, de los cuales teníamos ya un excelente historial, los movimientos en esa cama fue libros y nos buscamos con un 69 para preparar las entradas para nuestros penes. Y finalmente follé a Sinto como era su gusto y le di mucho placer. Pero como soy envidioso, quise volver a comenzar tras un ligero descanso, porque deseaba que ...