Historia inolvidable.Comienzo de fetiches y dolor.
Fecha: 02/06/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Tus Relatos
Autor: sumisso22, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... anterior, un sonido característico al chocar la goma contra la cara. Supuse que era mera casualidad que tanto el día anterior como este día presenté la señora calzaba sus guantes de goma en sus manos.
Aquella señora comenzó a llamar mi curiosidad por completo. Comencé a salir como cada día al exterior del jardín con mi ordenador para continuar mi primer libro. Ahora estaba más distraído, esperaba impacientemente que la señora saliese al exterior o su marido entrará en la casa. La montaña, según el apodo que puse a la señora, salía todos los días a recibir a su marido. Era bastante grande de tamaño y corpulencia, ahora que me fijaba con más intención podría dedicarse a la lucha libre. Observé que ya no era fruto de la casualidad que saliese siempre a la misma hora a recibir a su marido y a la vez llevara enfundados siempre guantes de goma, a veces de un color, amarillos, rosas, verdes, a veces bicolor. La situación acababa siempre recriminando algo a su pareja, era una mujer muy autoritaria y estricta con su marido. Le regañaba, le reprochaba cosas, le gritaba fuertemente y le abofeteaba duramente constantemente con los guantes de goma.
El día determinante fue cuando su marido llegó más tarde de lo habitual. Se retrasó una hora de lo habitual, ese día ella estaba furiosa y le esperaba en la entrada molesta. Según llego su cónyuge le abofeteó con más dureza e intensidad que de costumbre y le agarró de una oreja conduciéndole al interior de la casa. Se escucharon voces ...
... furiosas de la señora y pronto ruidos extraños como chasquidos a la vez que le insultaba en voz alta.
Mi curiosidad luchaba dentro de mí, quería saber que estaba sucediendo en el interior de la casa de mi vecina. Era tan fácil averiguarlo, solo tendría que saltar la pequeña mediana que unía nuestras casas y asomarme por la ventana. Dudé en hacerlo, aquello era introducirme en propiedad privada, pero al final el pequeño demonio situado en mi hombro izquierdo pudo conmigo y salté aquella valla. Me asomé por la ventana y vi un salón vacio, el típico salón de estar en una casa sin gente dentro. Aquella no era la habitación que buscaba. Di la vuelta alrededor de la casa y me asomé por otra ventana donde provenían los ruidos. Me asomé quedé incrédulo de lo que vi.
Era una habitación de tamaño normal, ni grande ni pequeña, casi vacía. En un extremo había un gran armario y el resto de la habitación estaba vacía con una gigantesca alfombra que cubría el suelo. Aquello no fue lo que me llamó la atención, sino porque en el centro de la habitación se encontraba el hombre mayor completamente desnudo, con un collar de perro anudado a su cuello y la señora a su lado con una fusta propinándole fustazo tras fustazo mientras le recriminaba su comportamiento. La “montaña “estaba completamente provocativa, vestida con unas bragas negras sujetas por ligas a sus medias de lycra oscuras y un sujetador negro. Su cuerpo era enorme, pero me atrajo su corpulencia y voluptuosidad. Le azotaba y ...