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Una secretaria realmente perfecta
Fecha: 29/07/2018, Categorías: Sexo con Maduras Hardcore, Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Esa tarde dejé mi oficina totalmente relajado; después de una tremenda mamada que me había dado mi secretaria.Julia era una mujer que andaba rozando casi los cuarenta; estaba casada pero sexualmente muy insatisfecha.Era una secretaria excelente; pero además, era una hembra fogosa; insuperable y ardiente como ninguna otra en la cama. Varias veces la había llevado a un hotel cercano a nuestra oficina, para disfrutar tardes de sexo salvaje. Porque eso era lo que teníamos, puro sexo, sin ninguna clase de compromisos…Al salir manejando mi auto del estacionamiento del edificio noté que estaba teniendo una buena erección. Pensaba ir a casa para esperar la llegada de mi sensual Anita y arrastrarla a la cama para sacarme las ganas; pero entonces supe que no iba a tener paciencia para eso.Necesitaba un poco más de Julia. Mi secretaria me había dejado con las ganas y me había pedido permiso para retirase temprano; con la excusa de tener que acomodar un poco el desorden que tenía en su casa, antes de que regresara su esposo esa noche.Naturalmente le concedí permiso y, para agradecerme, se había hincado frente a mi bragueta y me había dado esa mamada que me había dejado loco…Pensé que todavía era temprano para que ese marido cornudo volviera a su casa; por lo tanto, decidí hacerle una rápida visita a mi fiel secretaria.En menos de quince minutos estaba estacionado frente a su puerta. Marqué su número y después de varios toques contestó; preguntando si me había olvidado alguna ...
... instrucción.Le dije que no me había olvidado nada; que estaba frente a la puerta de su edificio y que quería subir…Me preguntó si me había vuelto loco; su celoso marido estaba por llegar en cualquier momento…Insistí en que me abriera la puerta; quería subir…Un par de minutos Julia se asomó al palier y me abrió la puerta. Entré detrás de ella al ascensor. Estaba vestida de manera más cómoda como para hacer limpieza: una camiseta de algodón, una falda de jean y sandalias de taco bajo.De todas maneras, podía oler su esencia de hembra en celo.Mientras el ascensor ascendía, no pude contenerme más y le metí una mano por debajo de esa breve falda. Me sorprendió encontrar que no llevaba tanga; porque no era el estilo de Julia.Mis dedos pronto encontraron sus labios vaginales muy dilatados y el interior de su concha muy humedecido.Julia gimió ante la súbita intrusión y me sonrió; diciendo que ella también se había ido caliente de la oficina y, al llegar a su casa, se había entretenido con un consolador hasta tener un buen orgasmo.Cerré la puerta de su departamento a mis espaldas, acercándome a ella. Con una mano aferré su delicado cuello y la empujé contra una pared. Le busqué la boca con la mía y se la comí con desesperación. Mi verga se puso rígida en un par de segundos.Le mordí los labios y empujé mi pubis contra el suyo, para hacerle sentir la rigidez de mi pija sobre su raja. Le susurré al oído que yo también había quedado muy, muy caliente y esa magnífica mamada en mi despacho era apenas ...