Estrenando sumisa - Relatos Eróticos

Estrenando sumisa

... azotes que tu habrás de ir contando y repitiendo la frase “no debo ser una guarra facilona, gracias por educarme, señor” ¿has comprendido? -pregunté al ver que aún no se había movido.
-Si, entiendo-afirmó con cara de susto.
-Pues ven aquí antes de que me enfade o será peor para ti-agarrándola del brazo la guie para que se pusiera a mi derecha y con la mano izquierda arquee su espalda, dejándola apoyada sobre mis rodillas mostrándome el culo en pompa bajo los apretados vaqueros-De momento, comenzaremos con 50 azotes. Si no eres capaz de aguantar sin quejarte, me veré obligado a tomar medidas y, créeme, no serán nada agradables. ¿Entendido? - continué mientras disfrutaba acariciando su firme y perfectamente redondo culo. Ella se limitó a asentir y alzando mi mano sin previo aviso, le solté el primer azote. Pude ver el bote que pego al sentir el impacto, estaba realmente nerviosa, no podía ocultarlo.
- ¿No tenías que decir algo? -espeto ante el silencio de María.
-Cierto, lo siento, no me lo esperaba y me has pillado por sorpresa…
- ¡Silencio! -Digo sujetando su cara para dirigirla hacia mí- es el segundo aviso que te doy y no habrá un tercero sin consecuencias. Limítate a cumplir lo que se te manda y recuerda, que tienes prohibido hablar o quejarte. ¡Simplemente cuenta y se agradecida con tu señor! -Suelto un suspiro de exasperación a la vez que libero bruscamente su cara – Volvemos a empezar, y más te vale limitarte a obedecer-afirmo con una voz que dejaba poco a la ...

... imaginación en cuanto a mis nulos niveles de paciencia. 
Alzo mi mano derecha y la vuelvo a descargar contra el trasero de María, que esta vez no duda- Uno. No debo ser una guarra facilona, gracias por educarme, señor.
-Así me gusta, que te portes bien-la premio mientras acaricio su culo antes de volver a golpearla.
-Dos. No debo ser una guarra facilona, gracias por educarme, señor-Repite María sin dudar. 
-Diez. No debo ser una guarra facilona, gracias por educarme, señor.
-Lo estás haciendo muy bien-la felicito al oído, mientras lentamente deslizo mis manos hacia su entrepierna y aprovechando para acariciarla le desabrocho el pantalón – Espero por el bien de este lindo culo que te hayas puesto unas bragas decentes y no uno de esos tangas que no lo tapan en absoluto- le susurro mientras le bajo los pantalones dejando a la vista sus perfectas nalgas protegidas únicamente por unas bragas de estilo deportivo. 
Tras acariciar un poco su suave piel y agarrar sus nalgas comprobando su firmeza, procedía a continuar con el castigo.
-Once, no debo ser una guarra facilona, gracias por educarme, señor- respondió tras tomarse un instante para reponerse.
- ¿A la niña mala le pica más el culo por llevarlo medio al aire? -Me burle antes de propinarle el siguiente azote.
-Doce… no debo ser una guarra facilona… gracias por educarme, señor…
-Veinte… no debo ser… una guarra facilona. Gracias por educarme… señor…
-Muy bien, parece que ya vas aprendiendo que te conviene prestar atención a ...