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Vuelo a Lanzarote
Fecha: 22/07/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: JulioG, Fuente: CuentoRelatos
Voy por trabajo a la isla de Lanzarote. Es una de las islas pequeñas del archipiélago. Es temprano y aún voy medio dormido. Por suerte no hay retraso en la salida del vuelo. Vamos pocos pasajeros y hay poca gente en la sala de la puerta de embarque. Sentada enfrente de mí hay una chica. Lo primero que me llama la atención es su llamativo abrigo de color rojo bermellón. Sin proponérmelo cruzamos la mirada y aparece una incipiente sonrisa en sus labios. Es atractiva. La expresión de su cara es sensual. Tiene la melena castaña y lleva gafas. No sé qué tiene esta mujer pero me resulta interesante. Su pelo castaño. La forma de moverse. Esas gafas que le dan ese puntito sexy. A través de ellas se ven unos grandes y bonitos ojos. Me la quedo mirando cuando se desprende del abrigo. Lleva traje de ejecutiva, falda y americana gris marengo y medias. Tacones. Unos tacones de vértigo. Eso me gusta. Una falda de tubo hasta la rodilla. Con una raja que deja insinuar la continuación de sus piernas. Se desprende también de la chaqueta y aparece una camisa blanca. Recorro su cuerpo lentamente con la mirada. Me fijo y aprecio como se insinúa su sujetador bajo la blanca tela. -Mmmm -Sexy y atractiva, pienso... Ahora el cruce de miradas es seguido. Esos ojos marrón oscuro, casi negros, me han cautivado. Son preciosos. Es como si tuvieran una fuerza magnética que me obliga a mirarla. Su intensidad me atraviesa. Sus ojos se posan en mí con mayor interés. Nos llaman para embarcar. ...
... Nos ponemos a la cola y no puedo evitar girarme para ver dónde está. Y no hace falta que busque. Esta solo dos personas por detrás de mí. Su mirada se clava en la mía. De nuevo esos ojos. Transmiten intensidad. Determinación. Diría que hasta poder. Seguridad en sí misma. Me atraen. Pasamos el último control de billetes antes de meternos en la pasarela. Suena mi teléfono y atiendo la llamada. Me concentro en ella. El trabajo… uuuffff. La cola va avanzando y entramos en el avión. Es temporada baja y aún no hay mucha actividad en la isla, así que no han llenado el avión. Por un momento no soy consciente que esos ojos me observan. No me quitan ojo de mi espalda. Esos ojos negros sin yo saberlo me están desnudando en su mente. Esa mente trabaja a un ritmo vertiginoso quitándome la americana azul marino. Casi me arranca la corbata. Me arrincona contra la pared. Me desnuda con ansia. Abre mi camisa. Besa mi pecho. Sus manos palpan mi entrepierna. Me provoca. Hace que la desnude a ella. Que abra su blusa desabroche su sujetador y lama sus pechos. Chupe sus pezones. Remangue su falda. La acaricie. Su mano se mete en mi bóxer negro… Hasta que la azafata la saca de su ensoñación preguntándole por su asiento. Ella se lo dice y la azafata le indica que su asiento es junto aquel caballero. Yo ya estoy sentado y acomodándome. Me ato el cinturón y busco el ebook de mi novela preferida en el móvil para empezar mi habitual lectura en los vuelos. Al poco tiempo ya tengo a mi lado otro ...