Como puta a estrenar - Relatos Eróticos

Como puta a estrenar

Me presento, soy Yeca, mujer, y me remontó a mi primera vez, ya tenia mis 167cm de altura en ese entonces, pero mis senos aún no alcanzaban su esplendor, y mi trasero aunque redondito tampoco, estaba bien, algo fuerte, y es que viniendo de familia de gimnasio no era delgada sino más bien fibrosa, y algo machota también, pero no me gustaba como me quedaban las delicadas faldas que dejaban a mi hermana mayor como una princesa, así que yo iba mas toomboy, o directamente con tops atléticos, mis padres, ambos excelentes personal trainers nunca se inmutaron, pero cuando mi amiga de toda la vida me dijo que no podía serlo mas pues su novio me celaba, caí en un oscuro lugar, entrenaba más duro, golpeaba más rápido, respondía mal a todos incluso me vestía netamente como hombre, estaba furiosa todo el tiempo, y sis me veían las chicas que alguna vez fueron mis amigas le atinaba con alguna " que miran perras no son mi tipo larguense por pijas débiles" como si yo tuviera, así me escucho un profesor, uno casi viejo, me llamó y todos se mofaron, golpee al novio de mi última amiga al salir solo porque me quedaba cerca y seguí al profesor a su escritorio, él solo me dio una tarjeta pero me miró a  los ojos y dijo que no falte, yo salí de la oficina y de la escuela, me jodia muy pco faltar, llegué a una plaza cercana y solo allí vi que me dio, la tarjeta era tenia una dirección, un numero y un apellido, reí como loca al creer que parecía a una cita de pautas en un hotel, luego volví a verlo y ...

... pensándolo, parecía exactamente eso, decía las 10, y casi era hora, el profesor era alguien confiable y siempre fui buena alumna, al menos en calificación, pero algo dentro de mi me estiró a la dirección marcada, y las 9:58, entre en lo que era la recepción de un hotel, me presente y pedí la habitación, me sonrieron pero no me dejaron pasar hasta que mencione el apellido, un guardia me guió a los ascensores, la verdad el hotel era grande y lujoso, cuando toque la puerta tardó casi nada en abrir, pasé, y me sorprendió ver no a uno, sino a 4 hombres allí, algunos bebían, otro estaba sentado con un cigarro en la mano, el cuarto cerraba la puerta tras de mi, me abrazo y me guió al sofá, allí se sentó el y me sentó sin esfuerzo en su regazo, me quedé muda mientras el que fumaba dejaba su cigarro y sin apuro se acercaba los que bebían también dejaron sus vasos, cuando los 3 me rodeaban, mi espalda se apoyaba en el pecho de mi silla humana, y sin pena tomo mi camiseta y la rompió en jirones, lo mismo hizo con mi top, dejando expuesto mis senos, fue el hombre más mayor, el que fumaba quien se agachó y rompió mis pantalones, solo lo que cubría mi vagina, misma suerte con mis bragas, conmocionada y asustadisima, me quedé quieta en el regazo del hombre que ahora ofrecía mis pecho y besaba mi nuca, sentí su pija agrandandose en mi trasero, pronto no eran dos sino 8 manos las que recorrían mi cuerpo, pinchaban dolorosamente mis pezón es, jugaban con mi clitoris, penetraban sus dedos a mi ...