2.- Claudia y Julián. - Relatos Eróticos

2.- Claudia y Julián.

... tener sexo conmigo, que ya no soportaba la idea de no tenerme en sus brazos, según él  quería hacerme suya y sentía que se quemaba por dentro de tanto deseo que sentía por mí; tal vez él exageraba y a muchas chicas le decía lo mismo pero para mí era la primera vez que un hombre me decía esto y en cierta forma me impactaba y me estaba convenciendo. A mi únicamente me interesaba su pene y no precisamente el de Julián, podía ser el de cualquier otro hombre que me permitiera tocárselo y mamárselo; eso era lo que realmente yo buscaba. Con esa declaración Julián me dejo muda, no era lo que yo esperaba, así que tuve que ser sincera con él y le expliqué lo que realmente yo era, pensé que se molestaría; en un principio no me creyó, pero le insistí y pensé que Julián se retiraría inmediatamente del lugar. Él seguía y se aferró a su propuesta y me dijo que él no veía a otra persona que no fuera una linda y delicada mujercita, incluso pensó que le decía esto para librarme de él. Y moviendo la cabeza decía que no me creía que no tenía ninguna facción de hombre, que era muy bella para decir que no era lo que aparentaba en ese momento.
Con un tono más serio y firme le repetí que realmente no era una mujer 100 %, y me ofrecí a demostrárselo. Julián muy seguro de si me dijo que no le importaba lo que yo fuera, me confesó que desde un principio yo le había gustado y le había caído muy bien, que me veía como una persona muy hermosa. Se puso serio y mencionando mi nombre insistió en que ...

... quería estar conmigo de una manera más íntima.
Ahora me quede seria, lo que dijo él era más de lo que yo esperaba y no sabía que contestarle, yo esperaba que escuchando mi confesión se retiraría del lugar o que mínimo me pediría se lo demostrara o alguna otra cosa, pero jamás espere esa propuesta que a decir verdad el hecho de tratar de convencerme ya me estaba pareciendo interesante esta situación.
Con el calor que me provocaron las bebidas yo ya estaba cediendo, y le comenté lo que yo estaba buscando, era tan sencillo darle unas mamadas a su pene y ya; pensé que estando en un lugar a solas él cedería a mi petición, le pregunté si realmente quería tener relaciones conmigo y que si él me aceptaba tal y como yo era; me tomó de una mano y me dijo que no le importaba, él simplemente quería estar conmigo y hacerme suya, que ansiaba tanto tenerme en sus brazos.
Con cierta emoción le pedí que nos fuéramos del lugar y le pedí paciencia si no podía ese día, que no se enojara conmigo, pues además era mi primera vez y que él era el primer hombre que me estaba pidiendo esto.
Pidió la cuenta y tomándome de la mano nos fuimos hacia su auto. Ahí tratamos de romper el silencio, pero yo no sabía que decirle, estaba muda, no sabía lo que pasaría estando desnuda ante él, no sé si me rechazaría y ese era mi gran temor, a lo único que atiné fue irlo llevando al hotel en el que yo estaba hospedada, así si pasaba algo únicamente bastaría irme a mi habitación. Después comprobé que a los hombres les ...