2.- Claudia y Julián. - Relatos Eróticos

2.- Claudia y Julián.

... con mis manos lo cerraba para que no se me abriera y fui a la habitación que había alquilado y en mi maleta busqué ese vestido, rápidamente me desnudé y me quité mi lencería y me metí a la regadera, lavé únicamente mi cuerpo pues quería que Julián me viera fresca; en la regadera cerraba los ojos recordando las caricias y cogidas que Julián me había dado. Deseaba que regresara lo más pronto posible. Después de bañarme rápidamente, me puse el vestido, el cual tenía la espalda totalmente descubierta, sin mangas y de cuello halter, es decir el vestido se sostenía alrededor de mi cuello y por enfrente la misma tela formaba una especie de “X” que justamente se cruzaba por mis senos y los cubrían, pero  bastaba un “mal movimiento” para que mis senos y pezones quedaran completamente al descubierto, de hecho yo misma podía acomodar la tela para mostrar un poco más de mis senos o cubrirlos completamente, en ese momento doblé un poco la tela para exhibir un poco más de mis senos; mi vestido también tenía una abertura en la parte de enfrente que me permitía lucir el ombligo; también era muy corto y me llegaba a la mitad de mis muslos; me hacía verme candente, excitante y con mis zapatillas altas me veía muy sabrosa justamente como ya me lo habían dicho muchos hombres; este vestido era para chicas con un muy buen cuerpo; recordé a mi vecina y no me llegaba ni a los talones, mi belleza la superaba y por mucho. También tomé una tanga y un brassier, pero no me los puse y me regresé ...

... rápidamente a la habitación que había rentado Julián. Entré a la habitación esperando a que Julián ya estuviera ahí, pero aun no regresaba. Quería que Julián me viera irresistiblemente hermosa y me deseara a más no poder y que me siguiera dando de esos vergazos tan ricos que él me estaba brindando, además de sus deliciosos besos. En la habitación había un banquito frente al espejo y me senté para retocar mi maquillaje, en eso estaba cuando de repente entró Julián. Quise aventarme a sus brazos de la alegría que me dio verlo de nuevo, pero no lo hice; él a parte de traer las sodas llevó una botella de tequila, yo nunca había tomado, pero me pareció buena idea, apenas me vio con mi otro vestido y casi suelta la botella de tequila; hizo que me pusiera de pie al tiempo que me daba una vueltecita, también me pidió que caminara de un lado a otro dentro de la habitación para modelarle mi vestido, Julián se quedó asombrado, decía que me veía hermosísima, bien linda, sabrosa y bien puta, y la verdad si, los tacones altos y el vestido me hacían verme muy sensual y a la vez muy cachonda, se acercó y nos ensartamos en un rico beso en la boca, el me abrazó y de vez en cuando acariciaba mis nalgotas por encima del vestido. Después Julián se dispuso a preparar las bebidas y yo me senté en el banquito y crucé las piernas, me dio mi bebida y festejamos con un cruzadito, él se tomó todo el vaso completo y yo solo la mitad; me preguntó que si tenía hambre a lo que le respondí que un poco, que afuera del ...