1. Fantasía de Secuestro


    Fecha: 23/12/2021, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: sumisso22, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... criiicccck, criiiikkk “  Bajamos unos diez escalones y llegamos a una gran puerta de madera. Sacó de su impermeable un llavero con muchas  llaves y abrió la puerta. Me invitó a pasar primero con un gesto en su mano. Pasé a la vez que la señora daba la luz. Observé una gran estancia, llena de humedad,  suelo de cemento sin asfaltar y paredes descascarilladas. Estaba repleto de trastos y enseres apoyados  a lo largo de las paredes, pero dejaba el centro y los contornos libre  de espacio. Acumulaba muebles antiguos y objetos personales pegados junto a las paredes. La estancia era muy grande y sin duda se trataba de un sótano donde guardaba toda su vida.
    
    Mientras yo contemplaba el lúgubre sótano, la señora Mistress Pain entró tras de mí a la instancia y cerró la puerta con llave desde el interior. Aquel gesto me intimidó. Ambos estábamos encerrados en aquel frio sótano, con la diferencia de que ella era quien portaba las llaves. 
    
    -	Desnúdate y colócate de rodillas bajo la cadena – Me ordenó con tono serio.
    
    No me había percatado de la  gruesa cadena que colgaba de una viga del techo. Estaba situada en el centro  de la habitación, bajo un pilar grueso  de estructura de la finca. Obedecí y comencé a quitarme pantalones, camisa, ropa interior… Mientras la señora se dirigió hacia un mueble apilado junto a la pared, abrió un cajón y agarró algo con sonido de  un tintineo metálico. Se acercó hacía mí, mientras yo esperaba desnudo tal como me había ordenado bajo la cadena de ...
    ... metal. 
    
    -	Manos a la espalda – Volvió a ordenarme con su voz grave.
    
    Obedecí y tras colocar las manos a mi espalda, sentí como se inclinaba levemente y rodeaba mis muñecas con un objeto metálico. Eras unas esposas de metal y de las de verdad, nada de juguetes eróticos. Me rodeó mis muñecas con el metal de las esposas y las cerró duramente apretando mis muñecas. Noté cierta presión, pero nada comparado cuando volvió a regularlas y las cerró con mucha más dureza, utilizó su fuerza para cerrar y dejarlas muy apretadas a mi piel, tanto que mis muñecas no cedían un ápice y eran mordidas por el metal. Las esposas arañaban mis manos duramente.
    
    -	Ahhhhhggssssss – Solté un quejido involuntario  por el dolor, estaban muy apretadas.
    
    -	No quiero una sola queja, te las acabo de poner, no te imaginas lo que te dolerán cuando lleves horas con ellas puestas. Las vas a llevar todo el secuestro - Me dijo para intimidarme, y lo consiguió, a la vez que cerraba las esposas con una pequeña llave que portaba en su llavero.
    
    Agarró mis muñecas esposadas a mi espalda y las levantó hasta la altura donde colgaba la gruesa cadena. Colocó un candado entre las esposas y la cadena, de tal manera que mis brazos quedaban inclinados hacia atrás e inclinados hacia  arriba sujetos por la cadena. Una posición bastante incomoda. Continuó con mis pies, sacó de un cajón unas tobilleras de piel y las colocó a la altura de mis tobillos. Cerró las tobilleras  y la hebilla que portaban y  para mi sorpresa las ...
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