Yo, mi amiga y su hija (Segunda parte) - Relatos Eróticos

Yo, mi amiga y su hija (Segunda parte)

... piernas por debajo de su vestido buscando su panocha, cuando se la toqué, sentí que ya estaba húmeda, le empecé a besar el cuello y ella gimió más fuerte, la volteé y quedo frente a mí, le agarre las nalgas con las dos manos y note que las tenia muy duras, en ese momento ella me empezó a besar y yo le baje el vestido de uno de sus hombros, no pude y tuve que aflojarle un poco el cierre, le quedo una chiche de fuera solo cubierta por el brasier, también se lo baje y empecé a chupársela, ene se momento ella gimió más fuerte y me apretaba mucho y me empezó a acariciar la verga por encima del pantalón, la verdad es que estábamos muy cachondos cuando en eso solo el teléfono de mi extensión, desafortunadamente tuve que contestar ya que estaba esperando una llamada muy importante, me dio mucho coraje cuando la persona que estaba hablando me dijo ¿oye está Claudia en tu oficina? Me dijo que iba para allá a llevarte unos papeles, le dije sí, aquí esta, te la paso, le dije Claudia es para ti, ella acomodándose el vestido contesto, dio unas indicaciones y colgó, me dijo ya me hablaron para trabajar, después concluimos le dio risa y salió de la oficina como si nada dejándome súper cachondo, poco tiempo después entró la llamada que estaba esperando y todo el día me la pasé trabajando. Después de salir del trabajo le mande un mensaje preguntándole que cómo estaba, pero no me lo contesto me quede pensando y decidí que definitivamente tenia que cogerme a Claudia. Al otro día como a las diez ...

... de la mañana la vi caminando por los andenes
 y salí a buscarla, la encontré en el patio de la empresa y con el pretexto de entregarle unos documentos me la llevé, le dije vamos a tu oficina, al ir caminando no hablamos ninguno de los dos y al llegar a su oficina me dijo no te pongas cachondo que tengo mucho trabajo, le dijo no, solo te quiero comentar algo, dame cinco minutos, me dijo está bien dime, le dije mira Claudia creo que ya estamos lo suficientemente grandecitos como para andar dándonos esos calentones, o llegamos al fina o que ahí quede, se me quedo viendo, se quedó callada un momento y me dijo, oye ¿pero ya pensaste bien eso? Yo no quiero ser solo un revolcón y que después de eso hasta la amistad vayamos a perder. Le dije estoy de acuerdo, te propongo algo amiga, vamos a intentarlo con la condición de que pase lo que pase, la amistad se va a seguir manteniendo y que por supuesto, nadie lo sabrá por el bien de los dos, lo que si te garantizo es qué si aceptas, la vamos a pasar muy bien, ella me dijo hay Fede espero que no nos vayamos a arrepentir de esto y me dio un abrazo, me dijo ya vete que tengo mucho trabajo. Salí de su oficina y ya iba planeando cuando y donde iríamos a coger. Al otro día la busqué y le dije, ¿oye Claudia me das dos minutos? Me dijo pasa ya te habías tardado, entre cerré la puerta y le dije, ¿qué opinas de esto? El próximo viernes es la junta semanal aquí en la empresa, tratare de hacerla rápido para terminar temprano y saliendo de aquí nos ...