Pregunta Comprometida 6 - Relatos Eróticos

Pregunta Comprometida 6

... recuerdo lo que dije e hice… «¡La cachucha me hace así!» Puse los dedos de una mano… ¿viste? Cómo hacen los italianos cuando quieren decir “¿qué te pasa?”, juntando los dedos…, pero yo los abría y cerraba… Se los dije a mis padres. Ellos largaron la carcajada y dijeron algo. No sé qué fue. Pero… me acordé de eso un día en la escuela… en que había llegado un nene nuevo…, que me gustó muchísimo! ¡La cachucha me hizo igual!
-¡Jajaja! ¡Habías empezado temprano a “trabajar” con tu cachucha! – Nos reímos ambos. - Ahora hacés igual con tu conchita cuando la tengo adentro. ¡Apretás y aflojás! ¡Es buenísimo! No perdiste el “arte” de “manejarla”…
-¡Las cosas buenas no se olvidan! – Laura me volvió a besar y acariciar. ¡Es totalmente divina! 
 
	“«Estos son los labios mayores… ¿ves?» Con ambas manos los separó. El interior rosado y húmedo me hipnotizó. «¿Mica te los muestra así?» «Noooo…, yo los abro con la lengua, suave… Le muestro a ella lo linda que es… la cachuchita que tiene y por eso me gusta tanto…» «¿Y qué hacés?» «Se la beso y le paso la lengua. Me gusta mucho… y a ella también… La mayoría de las veces me llena la boca de juguito…» «¿Los labios externos no lo besás?» «Y…, no. No sabía que eso también es… conchita…» «Si lo es. Besamelo.» Lo hice. Los pelitos me molestaban un poquito, pero era rico. «No me muerdas…» «¡Jajaja!» «¿De qué te reís?» «¡Tengo unas ganas de comértelo!» «¡Qué chico más pícaro!» Denisse volvió a separarse los labios y me dijo que metiera la lengua ...

... “como le hacía a Mica”. Metí la lengua, acariciando todo lo que podía… «¡Así, así! ¡Meté la lengua!» «¡Donde!» «Allí está el “agujerito” donde se mete… el pito…» «No se la metí allí a Mica. Tenía miedo de hacerle daño.» Yo hablaba con la boca pegada a su concha. Denisse se había recostado de espalda sobre la cama. Las piernas seguían colgadas en el borde. «¡Meté la lengua todo lo que podás. Después te explico que podés hacer con Mica para que no le moleste.» Yo estaba a punto de otro orgasmo. Me agarré la pija con todo, para evitarlo. Por supuesto, besar la concha de esta mujer no tenía nada que ver con lo que le hacía a Micaela. «¡Así, así! ¡Muy bien!» En alguna parte había leído que metiendo la lengua en la vulva –palabra de la que me enteré mucho después-, si la acariciaba hacia “adelante” o hacia “arriba”, de acuerdo como se interpretara, la mujer tenía una zona muy sensible, y la excita. Traté de ver si era así. De cualquier manera a mí me gustaba. Se sentía muy rico. «¡Ah, ah, ah! Si bebé… ¡así!» Denisse me acariciaba el cabello. ¡En ese entonces tenía un montón! Yo seguía con mis manos apretándome la pija. «¡Acariciame el botoncito…, el clítoris! ¡Dale!» Subí una de las manos y traté de meterla bajo mi cabeza, por donde yo suponía estaba el clítoris. ¡Lo encontré! En realidad Denisse me guió el dedo para que lo alcanzara. Acaricié como creía que se tenía que hacer… «¡Sí! ¡Sí! ¡Asíííííí!» ¡Y me bañó la boca de jugo! «¡Sí! ¡Bebé! ¡Sí! ¡Sos divino!» Se relajó. Saqué la ...