1. La tía madura se la pone al sobrino dura


    Fecha: 20/07/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... guarra.
    
    -¿No me mientes?
    
    -No.
    
    Bernarda volvió a oler el dedo y lo chupó. Después de chuparlo se lo metí en el coño... Lleno de jugos se lo puse en los labios y lo volvió a chupar, para acto seguido decir:
    
    -¿Te gusta el sexo guarro?
    
    -Más que a un niño un caramelo.
    
    Volví a la zapatilla... Le fui dando en una nalga: "¡Plas!" Pasaba la zapatilla de canto con la goma por la raja y el ojete y después le daba en la otra: "¡Plas!" Mi tía se quejaba y gemía, una mezcla que me puso la polla cómo una roca. Me preguntó:
    
    -¿Disfrutaba mucho cuando le pegabas?
    
    -Muchísimo.
    
    -¿Cómo tiene el culo?
    
    Le volví a dar: "Plas, plas."
    
    -Lo tiene duro.
    
    -¿Y el coño?
    
    -Peludo y se moja enseguida.
    
    Le di de nuevo. "Plas, plas."
    
    -¿Y a ti te gustaba darle?
    
    -Sí, cómo me está gustando darte a ti. Estoy empalmado a más no poder.
    
    -¿Me dejas que te dé yo a ti?
    
    -Ella no me dio.
    
    -Es muy guapa pero muy tonta. ¿Me dejas?
    
    -Luego.
    
    La saqué del regazo. Al estar de pie le quité la falda. De su coño, un coño con una gran mata de pelo negro, caían gotas de jugo. La cogí por la cintura y se lo lamí. Su coño olía a polvos de talco y sabía a pan de maíz recién horneado. Mi lengua salió cubierta de jugos mucosos y espesos. Los tragué y seguí lamiendo. Mi tía se puso cómo loca.
    
    -¡No, no! ¡¡No sigas que me corro!!
    
    Paré, pero ya era tarde. Se comenzó a correr. Sus manos apretaban mi boca contra su coño. Su pelvis subía y bajaba. Gemía y se estremecía. Mi tía ...
    ... soltó una riada de jugos espesos y templados.
    
    Cuando acabó de correrse, me dijo:
    
    -¡Que puta es Angelita, coño, que puta es! Bueno, que putas somos, coño.
    
    Le quité la camiseta y vi sus tetas, unas tetas algo decaídas, pero gordas, con enormes areolas color carne, pezones cómo canicas y tiesos cómo mi polla. La besé con la boca oliendo y sabiendo a coño. Mi tía, me preguntó:
    
    -¿Su coño sabe cómo el mío?
    
    -No, el tuyo sabe cómo a pan de maíz recién salido del horno, el suyo sabe cómo a ostra.
    
    Iba a comerle las tetas cuando me echó la mano a la entrepierna. Me bajó la cremallera, y cogiendo mi polla con su mano derecha, y masturbándola, me dijo:
    
    -Después me cuentas que más le hiciste.
    
    Me besó. Sus labios sin pintura eran suaves cómo los de una jovencita. Su lengua hizo maravillas en mi boca... Lamía mi lengua, me la chupaba, me daba la suya a chupar... Me beso y lamió y chupó el cuello por ambos lados. Besó, lamió y chupó mis mamilas. Se puso en cuclillas. Me bajó los pantalones y el calzoncillo. Volvió a coger mi polla y la metió en la boca, la mamó, la volvió a sacar, y me dijo:
    
    -¡Qué bueno estás, cabronazo!
    
    Con el pantalón y el calzoncillo encima de mis zapatillas deportivas, me hizo una mamada cojonuda. No faltó de nada... Lamió y chupó las pelotas, mamó el glande, la metió en la boca, hasta donde pudo. Lamió desde los huevos al frenillo, me masturbó..., y yo, yo le correspondí con una corrida inmensa, corrida que le debió encantar, ya que al tragar ...
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