Cuando Mark me descubrió
Fecha: 26/06/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos
Hace casi un año me dieron un puesto en Zaragoza. Está a más de 400 km de donde vivo y lejos de la familia. Pero el trabajo es todo lo que he soñado desde hace mucho tiempo. Como no conocía a nadie en Zaragoza y pensaba aprovechar la estancia para hacer un Master busqué un piso de estudiantes. Encontré uno con otros dos estudiantes ya viviendo y que se conocían de años anteriores. Uno de los residentes era David, hetero y con novia, estudiante de Veterinaria. El otro era Mark, gay, con más de 5.000 seguidores en algunas páginas sociales de fotos, y estudiante a tiempo parcial de Biología.
El hecho de tener tantos seguidores le “obliga” a sacarse fotos diarias delante del espejo. Normalmente recién salido de la ducha o en calzoncillos. Lo cual es motivo de discusión diaria entre David y Mark. Para mí es muy divertido, a veces hasta le saco yo las fotos. Me encanta la fotografía creativa. Mark dice que le pongo el alma. Yo no lo creo, el modelo hace mucho. Mark es joven, apenas 20 años, 1,70 de altura y cincuenta y pocos kilos. Su cuerpo no tiene ni un gramo de grasa y todos los músculos están perfectamente definidos. No tiene casi vello. Y tiene una cara que aún no ha perdido los rasgos de su niñez. Es, en definitiva, todo un efebo. Al contrario que yo, 43 añazos, todo un oso y con una incipiente barriga que cada vez es más difícil de eliminar.
Tres de cada cuatro fines de semana yo volvía a casa para ver a mi hija. Y el 4º le tocaba a mi ex. Así que no me enteraba de ...
... lo que Mark hacía en el piso. Pero a veces, me encontraba manchas amarillas en mis sábanas o la cama hecha aprisa y corriendo. En ocasiones aún estaba caliente. Recuerdo que eso me excitaba mucho.
Un viernes de los que me quedaba, después de que se hubiera marchado David con su familia, llegó Mark hecho un mar de lágrimas. Era inconsolable. Su “amigo”, con derecho a roce, lo había dejado por otro. Delante de él. Se pasó la tarde llorando. Yo le abrazaba e intentaba consolarle. Llevaba un rato acostado cuando se presentó en mi cama y me dijo que no podía dormir. Seguía llorando, así que le deje que se quedara. Y así dormimos, abrazaditos, en calzoncillos, toda la noche. Mi primera experiencia homosexual.
Amanecimos muy abrazados. Él estaba de lado con las piernas ligeramente encogidas. Sus brazos cogiendo la almohada y su espalda y culo sobresaliendo hacía el lado contrario en una curva invitadora. Acoplado por detrás estaba yo. Mi tórax, mi abdomen, mis partes, todo estaba pegado a su piel. Y mis brazos lo rodean en un gran abrazo de oso protector. Cuando abrí un ojo creo que llevaba rato despierto, pero no se había movido.
—Me estas clavando la erección por donde no es — me dijo y acto seguido bajo la mano por su espalda, me la cogió y al tiempo que apartaba su cuerpo un poco, la puso delicadamente para que coincidiese con la raja de culo. —Buenos días— creo que dije.
Me devolvió una sonrisa y empezó a moverse sensualmente muy despacio. Jadeaba levemente. Giró la ...