CHICA EXCITADA EN UN MARTES DEL CLUB DE LAS BRAGAS
Fecha: 23/06/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: isabela, Fuente: RelatosEróticos
... su novio quien la llamaba a través de ese mensaje en su móvil, nada más alejado de la realidad. Ella se alejó rápidamente del grupo, mientras lo hacía se dispuso a abrir el correo y leer lo que decía:
“Suavemente quiero ir acariciando tu vagina con mi mano, permite que tu húmeda vagina reciba mis roces, dejaré mis dedos incrustados entre tus labios vaginales, ahí sentiré tu calor, tu humedad y lo bien que se cierran tus pieles genitales junto a mi mano. No quiero soltarte”
En ese instante, todo el placer se le vino encima, sentía que las rodillas le temblaban y se fue a apoyar rápidamente sobre un muro que le quedaba cerca. Miró hacia abajo, vio sus piernas levemente abiertas, sintió su vagina, intensas contracciones hacían que le palpitara, tenía ganas de seguir con ese toque, le invadían las ganas de sentir que le tocaban, sentía su vagina cubierta por aquel trozo de tela con ese nombre encima, imagino por un segundo esa mano invadiendo su ropa interior, tocando su piel intima, su corazón también se le aceleraba, trago saliva, respiraba trabajosamente, y sentía mucho placer, las ganas de tocarse ahí mismo no le faltaban, casi se quedaba sin aliento, sentía su corazón ...
... latiéndole fuerte al igual que su vagina; apoyó la nuca en el muro, respiro hondo, se quedó así por unos segundos, con los ojos cerrados, luego recobro las fuerzas y se dispuso a irse a casa.
Tomó el bus de retorno a casa, sentía cierta ansiedad por llegar pronto, bajó en la parada más próxima a su casa, esta vez decidió no tomarse el tiempo para caminar un tramo antes de llegar a su hogar. Quería sentirse placentera, quería sentir que, de todas las chicas del club, ella había quedado como la más húmeda del día, así que antes de mandarle la foto de cómo había quedado su tanga, le iba a pedir a la del nombre en su vagina que tuviera con ella una conversación de aquellas que la excitaban mucho y que la incitaban a tocarse tanto que iba a dejar inundada y llena de secreciones su tanga, se apresuró a llegar a casa, casi corría, no quería esperar más para terminar otro martes del club de las bragas rosa llena de excitación y uno que otro orgasmo que aquella, la del nombre en su tanga, le produciría.
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