Memorias inolvidables (Cap. 21): Mi primo Juan
Fecha: 22/02/2023,
Categorías:
Gays
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... llevarme. Mi abuela, cuando me vio, se alegró y me hizo quitar la camisa, rápidamente la planchó de sus arrugas de estar en la mochila y me dijo que me pusiera un sombrero o algo en la cabeza porque iríamos paseando y hacía mucho sol. Me puse una gorra del mismo color que los jeans y las zapatillas que abundan en rojo. No llevaba gafas, pero sí me puse una pulsera muy sencilla y común en cadeneta. Noté que mis abuelos se sentían orgullosos de mí y yo iba a conocer por fin a casi toda mi familia paterna. Estaba la casa llena. Mi tío Bautista, tiene tres hijos, Bautista es el mayor, le siguen Antonio y Manuel. Bautista es mayor que mi padre, Antonio es de su edad y Manuel dos años menos. Estaban dos hijas de Bautista con sus esposos, ambas tenían dos chicas cada una, mis primas eran Luisa y María, las hijas de Luisa; Marisa y Juana las hijas de Marisa. Mi tío Antonio con Evodia su esposa tenía dos hijos, mellizos, de mi edad, Antonio y Juan, este celebraba su onomástico con mi abuelo, su tío Bautista y su prima Juana. Para todos ellos hubo regalos. Manuel estaba casado con Yolanda, muy guapa y tenían un bebito llamado Manuel. También vino el hermano de mi padre Fernando, no pudo venir su esposa que estaba atendiendo a su madre anciana —todos comprendieron—, no tienen hijos. Todos me hicieron un muy buen recibimiento y todos debían saber algo, al menos los adultos. El que quiso estar siempre a mi lado y hablaba más conmigo era mi primo Juan. Las chicas protestaron porque yo ...
... estaba sentado entre mi abuelo y Juan. Mi abuelo hablaba con su hijo y yo hablaba con Juan.
Juan me contó muchas cosas, sobre todo chismes acerca de sus primas. No le gustaban nada, las consideraba una engreídas y creídas de sí mismas. Decía que se parecían a sus mamás y siempre había que hacer lo que ellas quisieran. Me decía:
— Yo prefiero ser amigo de los tíos libres como tú.
— ¿Qué sabes de mí?, —pregunté.
— Cuando acabemos de comer, vienes conmigo y te mostraré un lugar donde podremos hablar de nuestras cosas, —me dijo susurrando.
Todo fue tranquilo, pregunté a mis abuelos a qué hora nos iríamos y me preguntaron si estaba cansado o aburrido. Les dije:
— No, no estoy cansado, es por estar con los primos.
— Nos iremos después de cenar, contestó mi abuelo.
— Vale.
Y me fui donde Juan que disimuladamente, me sacó por la cocina al jardín y comenzamos a caminar para meternos entre los árboles:
— Todo esto es de mi abuelo, sigamos.
Llegamos a un cobertizo, donde estaban los perros que Juan conoce bien, los acarició y entramos, subimos una escalera y allí había un granero y mucha paja. Cogió una manta y la extendió sobre la paja. Nos tumbamos y me empezó a contar.
— Yo soy como tú.
— ¿Como yo qué?
— Yo soy gay, pero mis padres me entienden. Habrás visto cómo te han besado, abrazado y te han tratado bien…, pues sabemos lo que te pasa…
Hubo un momento de silencio y dijo:
— Eres muy guapo.
— Tú también eres muy guapo.
Nos quedamos ...