Memorias inolvidables (Cap. 21): Mi primo Juan
Fecha: 22/02/2023,
Categorías:
Gays
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
23 de junio (sábado)
Entre las cosas que he puesto en mi mochila al salir de casa, te he llevado conmigo, querido diario, no vayas a pensar que te iba a dejar a merced de todos. No sería capaz de traicionarte cuando tú eres testigo de todos mis pesares. Gracias.
Mi padre se ha ido temprano a ocuparse de sus asuntos, pero creo que ha sido para no presenciar lo que iba a acontecer. Todos mis hermanos estaban en el salón temprano, esperando para llevarme al comedor a desayunar, pero mi madre estaba en la puerta del comedor dispuesta a no dejarme pasar. Mi hermano Eleuterio discutió con mi madre con buenos modales, pero ella, zanjando la cuestión, dijo gritando:
— Si lo metes en mi comedor, date por despedido, te vas tú también de aquí.
Facundino se puso a llorar y las chicas corearon el llanto con él. Aquello parecía un auténtico funeral. Eleuterio se volvió para venirse donde nosotros y repentinamente dio la vuelta con el brazo en alto contra mi madre. Corrí a tiempo para interponerme y me llevé la bofetada. Eleuterio me abrazó y casi en volandas me sacó a la calle. Me besaba porque estaba arrepentido de este pronto que se le ocurrió. Pero me miraba mi cara doliente donde estaban marcados los dedos de su mano y lloraba.
— Eleuterio, no llores por mí, que esto se pasa.
— Lloro porque te vas, lloro porque me das envidia, lloro porque sé que te irá mejor que a nosotros, lloro de desesperación.
Los demás hermanos salieron. Mercedes llevaba mi mochila en las ...
... manos. Rosario se metió en casa. Yo quería irme, pero quería despedirme de Rosario y tardaba. Al poco salió con dos bolsas. Una me la metió en la mochila diciendo:
— Ahí tienes cosas por si te da hambre… —luego les dijo a los demás— vamos a desayunar en el parque los cinco, en esta bolsa está todo lo nuestro.
Nos fuimos al parque, desayunamos, paseamos un rato juntos y me preguntó Rosario:
— ¿Dónde vas a ir?
— No lo sé, ya lo iré pensando, —respondí.
Eleuterio dijo:
— No seas tonto, vete a casa de los abuelos y les explicas; ea, yo voy contigo.
— No; yo iré a casa de los abuelos, llevas razón, pero iré yo a pedirles el favor de que me alberguen por algunos días; si venís vosotros parecerá que vamos en plan presión.
Todos asintieron y quedaron en que al día siguiente ya me avisarían donde vernos. Mercedes le hacía gestos a Rosario para que hablara y esta me dijo:
— Nosotras tenemos este dinero y queremos que te lo lleves para lo que puedas necesitar.
— No —respondí—; guardad vuestro dinero para vuestras necesidades, yo he guardado dinero de hace tiempo porque imaginaba que esto acabaría más o menos así. Nunca pensé en tanta brusquedad y violencia, pero nuestra madre no se arrepiente nunca ni de sus pecados. No sé de qué le sirve tanta cofradía y tanta beatería… Vosotras guardad lo vuestro; Rosario tú lo puedes necesitar en breve, no eres tan prudente como Mercedes y no teniéndome a mí, mamá tiene que descargar con alguien, pienso que te toca. Búscame ...