La historia de Ángel, solo era un muchacho (46/59)
Fecha: 15/02/2023,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... vista mirando al inspector y sonrió mostrándole cuan bello era cuando reía.
-No se preocupe, todos me cuidan, pero se que puedo contar con usted si alguna vez lo necesito, gracias. -Gutiérrez sintió los labios del muchacho besándole la mejilla, se había alzado sobre la punta de los pies, en un acto inconcebible e inesperado, y se había atrevido a darle un casto beso. Miró a su alrededor pero parecía que nadie se había dado cuenta.
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Los días se sucedían sin detenerse, llevaba un mes aquí y después del homenaje a los policías pocas cosas más que fueran relevantes me sucedieron.
Alberto me llamaba todos los días y los viernes me recogía para salir, no solos, con el resto de amigos que cada vez eran más aunque no siempre estuvieran todos. Un día Pablo consintió en acompañarnos, no llegaba a entender del todo su afán por el estudio y querer terminar el primero de su promoción.
Algún jueves Ian me lo pedía también al salir de la escuela y me llevaba en su moto, era la mejor época de mi vida.
Un par de días a la semana Pablo me poseía, ahora era en mi dormitorio y con Eduardo presente, como espectador pasivo, pero no siempre lo hacía. Nos miraba y a veces se aproximaba para ver detalladamente como la verga de Pablo me penetraba, sin tocarnos, él se acariciaba sobre la ropa lo que en su tiempo fuera una hermosa y poderosa polla, llegaba a traspasar la humedad del liquido seminal la tela de su bata, eso me indicaba que gozaba al ver como me follaba ...
... Pablo.
A mediados de Mayo Ana María miraba gozosa la invitación que habíamos recibido, cada uno la suya, para los cuatro que vivíamos en la casa. Álvaro e Irina habían fijado el diez de Junio como fecha de su enlace matrimonial.
No tendríamos que desplazarnos, el acto sería en la señorial mansión de su tío don Manuel, en un ambiente privilegiado y de fácil acceso para los cientos de invitados que habría, con hoteles abundantes, playas de arenas doradas en plena efervescencia en esa época, y lugares de diversión para los que vinieran.
No me causó dolor, ni desasosiego siquiera. ¿Habría dejado de amar y pensar en Álvaro? Por descontado que no, pero ahora era de una forma diferente. Debía respetar su decisión y no entrometerme para nada, intentar ser su mejor amigo, quererle y dejarle que fuera de otra. Además tenía muchas cosas en las que ocupar mi tiempo.
También en esos días tendría que comenzar mi labor de dar placer a los miembros de la organización, Eduardo resultó escueto y breve en explicarme las reglas que había marcado a todo aquel que quisiera gozar de mi cuerpo.
Ya no podía retrasar más, con excusas no motivadas, el momento de complacerlos, todos sabía que estaba de vuelta y me solicitaban, codiciosos de poder experimentar lo que otros les referían sobre mi buen hacer, y el placer que les daba follar conmigo.
(Algunos solicitaban poderme llevar a sus residencias u hoteles: Como norma siempre sería en la casa de Eduardo)
(Poderme follar en grupo no ...