1. Una tarde tranquila que se tornó noche intensa


    Fecha: 09/02/2023, Categorías: Confesiones Autor: Geronimo68, Fuente: CuentoRelatos

    ... pesar de que esté con su novio, se preocupará de que no vuelvas a casa…
    
    -No pido quedarme toda la noche. Solo hasta la hora en que se hayan recluido en la habitación… Al menos hoy que puedo!
    
    Ya comenzaba a anochecer. Caminaba despacio como alargando el camino. En el fondo tal vez no me disgustaba tenerla de compañía pero temía el costo. Lo de los chismosos no era tan así porque no me relacionaba mucho con la gente que vivía cerca. Además se hacía de noche y la calle estaba despoblada. Tal vez lo de la madre fuera cierto, pero…
    
    -Si prometes no hacerme ningún lío, puedes venir un rato a mi casa… solo un rato
    
    -Ningún lío… prometido.
    
    Llegamos. Dejé a mi perro en su lugar y serví un par de refrescos. Tomó un par se sorbos y se acercó. Tocó mi vaso en señal de brindis pegada a mí. La mano libre se le escapó hacia mi bragueta.
    
    -Debo darme una ducha… y vas de prisa, le dije.
    
    -A mí también me hace falta… ¿Me llevas?
    
    Por primera vez le sonreí para aceptar. De todas maneras creo que hubiese ido igual a bañarse conmigo.
    
    -Tú primero, le dije…
    
    Entró al baño ya desprendiendo sus pantalones. Cuando los bajó pude apreciar el culo que tenía. Ni grande ni chico. En su justa medida y forma. Me alegré de haberla traído. Debajo de la camiseta no llevaba corpiño. Las tetas también estaban justas. Todo armonioso. Diminutamente armonioso. Abrió el grifo para recibir el chorro de agua tibia.
    
    -Está deliciosa… ven!
    
    -Báñate. Quiero verte!?
    
    Se mojó bien para ir ...
    ... enjabonándose despacio. Se frotó largamente los senos y bajó a la entrepierna… Dejaba correr el agua por todo su breve cuerpo. Yo en tanto me había ido desnudando.
    
    Me alcanzó la esponja para pedirme que se la pasara por la espalda. Me puse a la retaguardia y fue más caricia que frotamiento. Después pasé las manos hacia adelante con destino a sus tetas desafiantes. Por diferencia de altura, mi verga le daba casi en la cintura y no entre las nalgas. Igualmente se la hice jugar como jugó mi mano en su monte apenas velludo y bajando hasta donde se habrían los labios de su conchita. Recuperó la esponja y se dio vuelta para bañarme. Espalda y frente… en el frente se aferró enseguida a mi miembro para sobarlo y masturbarlo de a poco.
    
    -Creo que ya estamos bañados, dijo con una sonrisa.
    
    -Seguramente, le respondí.
    
    Nos secamos…
    
    -Tiene sentido vestirnos o envolvernos en toallas? -preguntó
    
    -Seguramente no, dije… y tampoco quiero que camines. Conozco mejor el camino. Ya estaba convencido, entregado y decidido. Me la cogería.
    
    La levanté en brazos y comprobé su liviandad. Me la llevé a la habitación para depositarla gentilmente en mi cama.
    
    -Hoy me chuparía una buena verga, repitió como en la plaza y se rio.
    
    Me acosté mirando al techo. Enseguida se acercó, me la tomó en una mano, se la introdujo en la boca y deslizó los labios en una lenta caricia. Lo repitió varias veces, acompañando la chupada con juegos de lengua. Le pedí que nos acomodáramos para hacer un “69” y así ...
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