La historia de Ángel, solo era un muchacho (53/59)
Fecha: 02/02/2023,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... escapar un grito agudo.
-¡Dios mío! Te lastimé. -intento salirse y le sujeté contra mi empujando con los talones sus piernas para que no la sacara.
-¡No, no te salgas! Estoy bien. -como le tenía abrazado y con su boca sobre la mía me fue fácil besarle y acariciarle la cabeza.
Lentamente sentía como mi culo envolvía la verga de Alberto según iba entrando, y era mi culo el que le absorbía el pene en toda su longitud hasta que lo tuvo todo dentro. La sensación era maravillosa, sentirle todo dentro de mi y los huevos apretados en las nalgas.
Elevó la cara y me miraba con una amor increíble, esbozando un gesto de placer imposible de describir, empezó a moverse y a la vez a gemir cada vez más alto según aumentaba la velocidad y aceleraba los movimientos follándome deliciosamente el culo.
Escuchar como creían sus jadeos era sumamente excitante y el gusto que me daba me hicieron empezar a gemir y retorcer el cuerpo. Me calentaba verle gozar y elevaba las caderas buscando el encuentro cuando su él bajaba incrustándose en mi cuerpo, clavaba los pies en la cama y me alzaba no queriendo que su polla saliera, pegándome a él en su movimiento de va y ven.
-Alberto, mi vida, me vuelves loco, fóllame amor, tómame para ti, hazme tuyo. -gemía ya desesperado y él temblaba violentamente sin dejar de embestirme con fuerza.
-Si amor, eres mío, solo para mi desde ahora, te amo mi vida. -y se clavaba una y ora vez deleitándome con la rica sensación de su verga viajando dentro de ...
... mi vientre, sintiendo la fusión de la verga potente y dura con mi culo haciéndolo suyo.
Continuó follándome sin detenerse, sin cambiar de postura por lo excitado que estaba, queriendo llegar al final y dejarme su simiente, también yo estaba loco de deseo y le clavé las uñas en los costados tirando de él. Me empujaba tanto que pensaba que me partiría.
-¡Ohh! mi vida, métela rápido, dámela hasta el fondo. ¡Dale!. ¡Fóllame! ¡Oh sí! Que rico amor. -hasta que llegó la oleada de calor cual una ola gigante que arrasaba todo lo que encontraba a su paso. El estertor de sentir formarse el río de leche que después salía de mi verga, llegando hasta mi cara por la fuerza que salía, a chorros, el caliente semen.
-Me corro mi amor, ya me viene. ¡Ya! -los espasmos hacían que mi cuerpo se batiera contra el colchón y en ese momento Alberto se contrajo y metió de un empujón la verga en mi intestino y se vaciaba entre gritos.
Fue increíble, fue sublime y respirábamos con dificultad, Alberto sobre mi, bien metido en mi culo, abrazado por mis piernas no dejándole que saliera.
-Mi amor, siento haberte causado dolor. -le abracé pasando los brazos por su espalda.
-Fue la impresión nada más, hacía muchos tiempo que no… -me interrumpí a tiempo, no deseaba recordarle mis andanzas en el sexo.
-Eres genial amorcito, tu culito me apretaba rico rico, eres delicioso. Así serán todas las noches desde ahora, quiero tenerte así siempre y que no seas de nadie, solo mío y para mi. -me besaba ...