Sueños perversos en el desierto
Fecha: 09/12/2022,
Categorías:
Confesiones
Autor: Gallego05, Fuente: CuentoRelatos
La imaginación y el morbo te pueden llevar a límites insospechados, pero cuando echas la vista atrás de lo experimentado sueltas un “wow” que excitante. Mi mujer Frida, tiene un sueño por cumplir y es viajar a Oriente Medio, conocer sus parajes y desiertos pues lo considera un lugar del mundo desconocido e igualmente bello y poco reconocido. En una conversación al respecto, discrepaba con ella pues es un sitio especialmente peligroso por su inestabilidad política y por el agravante del terrorismo religioso que desgraciadamente abunda por esas tierras y me muestro receloso por ir entre otras cosas por ese motivo.
Esa conversación, indirectamente me llevó esa noche a un erótico sueño que a la mañana siguiente le comenté a mi esposa y comparto con ustedes a modo de relato.
Resulta que estábamos allá y nos propusimos hacer un excursión por un desierto que realmente era sumamente bonito, para ello, contratamos un servicio que hacían excursiones guiadas con visitas a unos oasis para descansar, reponer fuerzas y volver al hotel. Allí no te obligaban al foráneo de cómo ir vestidos o ciertas costumbres, pero si te insinuaban que por ciertas personas no era bien visto no respetar las costumbres de su país.
No obstante el calor era sofocante, algo que jamás habíamos sentido de esa manera, golpeaba desde primera hora del día con dureza conque tanto mi esposa como yo partimos a la excursión en pantalones cortos y camisa de color tierra con unas botas para andar por aquellos ...
... lugares escarpados; mi esposa incluso así se veía espectacularmente sexy, como sacada de una película de aventuras y su ceñido pantalón corto hacían marcar sus imponentes muslos y con su camisa metida por dentro del pantalón hacían cincelar las curvas de su cintura y sus dos glúteos, firmes, desafiaban a la gravedad ayudados por lo apretado del pantalón y el botón de la camisa justo abierto lo necesario para que sus dos tetones bailaran sin control pues hasta su sujetador perdía la batalla por el tamaño de estos haciendo hipnotizar a todo macho árabe que se cruzaba por su camino.
Puestos así, iniciamos la marcha y después de un largo viaje por el desierto en un jeep todo terreno en el que viajaban el chófer, el guía y nosotros dos iban comentándonos e ilustrando de todo aquel bello paisaje y tanto en el hotel como ya iniciado el camino, le pregunté al guía si era segura la excursión a lo cual me respondió que él llevaba más de 10 años haciendo dicho tour por el desierto y jamás tuvo problema alguno conque en cierta manera me tranquilizaron sus palabras.
Toda vez y ya descansados en un idílico oasis de palmeras e incluso hasta una charca donde aun no siendo potable, si podíamos refrescarnos en ella, justo al proponer iniciar la vuelta al hotel, surgió de la nada una camioneta militar con unos seis individuos armados con fusiles y disparando al aire, aterrados sin escapatoria, estábamos a su merced y era estéril cualquier tipo de enfrentamiento con ellos.
Mi mujer abrazada ...