... Julio estaba bastante aislada del resto de las oficinas, él tenía siempre las persianas casi cerradas, por lo que desde afuera no se veía hacia adentro, lo que favorecía mis intenciones. Eran las 17 horas cuando él se marchó, aún quedaba una hora de trabajo por delante, pero yo sabía que nos podíamos extender un poco más ya que Vicky tenía un juego de llaves y generalmente era la última en retirarse de la empresa.
Mientras seguíamos trabajando me fui arrimando hasta estar prácticamente pegados y comencé a acariciarla, gesto que me devolvió tomando mi mano con fuerza. No pude frenar mis manos y comenzaron a recorrer sus pechos, a lo que ella me frenaba pero seguí insistiendo y desabroché su sostén blanco. Mis manos se fueron sobre sus tetas. Ella me agarró de la mano y me llevó detrás del escritorio de Julio, a su baño. Era un baño bastante espacioso, entramos, cerró la puerta y nos besamos desesperados, le saqué su campera, levante su remera y chupe sus tetas con muchas ganas. Mis manos estaban muy activas y buscaban su concha, ya muy húmeda y comencé a jugar con su clítoris, ella respiraba cada vez más entrecortado. Ella desabrochó mi pantalón y bajó en busca de mi verga, la cual ya estaba muy gorda y dura. Hizo un par de movimientos y se la metió en la boca. Me chupaba con mucha fuerza, ...
... estaba muy caliente.
Deje que ella siguiera y luego fui yo por su concha, besé su clítoris y labios y la chupé para que se volviera loca, puse sus piernas sobre mis hombros y fui también hasta su culo con mi lengua, ella gemía y se estremecía. Luego me decía:
-Quiero que me metas esa pija hasta el fondo. Te quiero adentro.
-Tomá, es toda tuya…
Cuando me di cuenta estábamos cogiendo como dos adolescentes, cambiamos de posición, quise verla desde atrás, ella en cuatro, estábamos muy acelerados así que yo estaba por explotar. Ella pidió:
-Quiero tu leche en mi boca.
Eran tantas las ganas que tenía de cogerla que la llené de leche con chorros palpitantes, no solo en su boca, en su cara también. Quedamos tendidos un momento en el piso hasta reponer fuerzas.
Cuando Vicky se dio cuenta de la hora, se lavó y se vistió rápidamente y se fue hasta su escritorio habitual a ver si tenía algún mensaje o tarea pendiente. Yo aproveché para vestirme y me fui nuevamente al escritorio de reuniones de Julio por las dudas viniera alguien.
No podía dejar de pensar en esa mujer, en su perfume, sus olores, su cuerpo, pero aún me quedaban cosas pendientes con ella, seguía imaginando como sería estar dentro de su apretado culo. Quería eso y sabía que lo iba a tener pronto. Necesito llegar ahí con Vicky…