Después de ese fantástico fin de semana con Victoria, no nos vimos mucho. Yo estuve de viaje, al desempeñarme en Ventas dentro de la empresa y con la apertura de una nueva sucursal en otro distrito, mi jefe me envió allí, lo que se extendió a tres semanas hasta estar todos los procedimientos de ventas listos y puesto en marcha el nuevo sistema.
Durante este tiempo, por las noches, mientras estaba solo en el hotel no podía dejar de pensar en Vicky, así que la contactaba por whatsapp y siempre teníamos un momento de bromas y luego venían nuestras conversaciones calientes. Estas iban acompañadas de alguna foto, aunque ella prefería, después de haberme calentado, hacerme una video llamada y ver cómo me había puesto la pija. Disfrutaba mucho ver que me la había parado y si yo me comenzaba a pajear se volvía loca. Lo que yo aprovechaba para pedirle que hiciera lo mismo. Así pasamos muchas noches calentándonos y calmándonos a través de las pantallas de nuestros celulares.
Ya sabíamos que faltaba poco para que yo regresara y retomáramos las cosas en el punto justo en el cual las habíamos dejado. Este tiempo que estuve fuera de nuestra ciudad nos sirvió para alimentar el deseo y conocer nuestras fantasías. A mi me encantaba la idea de coger su culito y tener mi verga entre sus hermosas tetas. Pero creo que a los dos nos ponía muy calientes pensar en hacerlo en un lugar muy arriesgado, nos excitaba mucho eso.
Finalmente el sábado pasado volví a mi ciudad y el lunes me ...
... reincorporé al trabajo. Ese lunes me la pasé de reunión en reunión dentro de la empresa, poniendo al tanto a los distintos sectores sobre lo ya implementado en la nueva sucursal. Cada vez que pasaba cerca de Vicky, aprovechaba para rozarla, a lo que respondía con miradas cómplices. Le tenía muchas ganas y era difícil reprimirme, aunque a todo esto ninguno de los dos había comentado a nuestros compañeros nada de lo sucedido entre nosotros, por lo que veníamos llevándolo muy bien.
Esos primeros días transcurrieron velozmente por la cantidad de trabajo que yo tenía. No tuve momentos para acercarme a Vicky, pero el viernes después del almuerzo, nuestro jefe nos llamó a ambos para concertar los detalles de un viaje al que iríamos junto con él. Vicky debía estar para programar todos los transportes y estadías que tendríamos durante esa semana de trabajo en el exterior. Ese día Julio, nuestro jefe, estuvo un tiempo con nosotros y luego se tenía que retirar a una reunión de negocios fuera de la oficina. Por lo que nos dejó a nosotros dos reunidos en su oficina para finalizar el itinerario que planificaba.
Vicky estaba muy guapa, un poco más de lo acostumbrado. Llevaba pantalones negros bastante pegados al cuerpo, una remera blanca que dejaba ver sus hermosas tetas, contenidas en un diminuto corpiño. Un detalle en su fina manera de vestirse y combinar sus prendas, era un pañuelo rojo en su cuello y una camperita también negra. Sus labios tenían labial rojo esta vez.
La oficina de ...