1. Femdom de cuarentena. De novio a esclavo en castidad (4)


    Fecha: 20/10/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: iñigogom, Fuente: CuentoRelatos

    ... impedía separar el acto sexual del resto del día. Te impedía pasar del momento sexual a un momento posterior no sexual. Por lo que nunca estaba satisfecho. Por más que le comiera el coño media hora seguida, no sentía la necesidad de parar, y era infernal. Ser su esclavo sexual era entrar en un bucle de lívido que no hacía más que subir y subir, sin terminar nunca. Podía bajar hasta un cierto nivel, cuando Nuria interrumpía los actos sexuales y seguíamos nuestras rutinas cotidianas. Pero volvía a subir con una facilidad espantosa, y tardaba mucho en bajar nuevamente.
    
    A todo esto, Nuria dejó de follarme, y me dijo que me tumbara boca arriba sobre la cama. Acto seguido, me cogió de la jaula de castidad, y me sonrió.
    
    -¿Qué tal? ¿Te está gustando que te folle?
    
    -Me dolió mucho al inicio, pero ahora estoy mejor. Se siente raro sentir el dildo dentro, pero me gusta pensar que me estás follando y desfrutando de ello.
    
    -Hace falta mucho trabajo, apenas te entra la mitad del dildo, que no es mucho más grande que tu polla. Pero bueno, hay tiempo.
    
    La perspectiva de que esto era solo el inicio me daba mucho vértigo, porque no sabía cuánto podría durar en este estado de excitación perpetua, ni con qué otras cosas me sorprendería Nuria. Pero a la vez, estaba disfrutando de la situación, y sentía mariposas en el estómago al pensar en qué sería lo próximo que me depararía su pervertida mente.
    
    -Como te has portado bien, te voy a quitar la jaula durante un rato.
    
    Por fin ...
    ... me iba a quitar la jaula, después de cuatro días eternos. La jaula en sí no era muy molesta, ya que pesaba poco al ser de silicona. Tenía más problemas al mear, ya que el chorro se iba por cualquier lado y me obligaba a mear sentado, lo cual le divertía a Nuria. Pero sin duda lo peor eran los dolores por la noche, al no poder tener erecciones nocturnas.
    
    Cogió las llaves de su collar del cuello y con bastante facilidad, abrió la jaula y la retiró. Antes, me dijo que pusiera mis brazos hacia los lados y que tenía prohibido moverlos. Aún no había comprado cuerdas para inmovilizarme.
    
    Mi pene estaba inundado en líquido preseminal. Nuria lo recogió lo mejor que pudo con sus dedos, y me los metió en la boca. Yo succioné lo mejor que pude y tragué. Sabía mucho menos fuerte que el semen y tenía una textura también más agradable, más elástica y suave.
    
    A continuación empezó a masturbarme, y pese a que el primer minuto mi polla seguía completamente flácida, poco a poco empezó a crecer, lo cual me produjo una sensación indescriptible. Nunca pensé que me gustaría tanto sentir mi polla dura. Sentía sus dedos sobre mi tronco como nunca los había sentido. Notaba mi piel muy sensible a su tacto.
    
    Una vez la tuvo completamente dura, movió mis piernas de tal forma que las tenía perpendiculares a mi cadera. Entonces volvió a ponerse el dildo en su arnés, y de rodillas, empezó a follarme de nuevo. Mientras me follaba, también me iba masturbando, y encontré esta doble sensación muy ...