... talla 100 tampoco estaban mal.
Además ahora se cuidada un poco más, iba al gimnasio, cuidaba su dieta, y gastaba, mejor dicho invertía más dinero en ella que antes; el traje de chaqueta y falda a la altura de la rodilla no le sentaba nada mal, aunque por lo que había pagado ya merecía la pena que la realzara y aunque ella no era partidaria de los tacones, ese día había hecho una excepción, recordaba que Ricardo era más alto que ella y hoy quería que la imagen fuera la inversa, quería que el viera que ahora era ella la que estaba por encima, la que podía mirar las cosas desde las alturas, la que podía mirar por encima del hombro.
Esparció un poco de perfume en el cuarto de baño con su escanciador hacia arriba, y cuando este caía se dejó rociar por él, quedando impregnada por una vitola de triunfadora que la hizo sentirse radiante, y se dirigió a su mesa para avisar a la asistente que podía hacer pasar al Sr. Martos.
Cuando el golpeo la puerta, ella pensó en salir a recibirlo, pero automáticamente fue consciente de quien era ella, de donde estaban y de quien era el, así que, con el mando a distancia, abrió la puerta y apareció el, la sensación de poder que sintió cuando hizo eso la estremeció, era como si ella tuviera toda la autoridad, de hecho, se dijo a sí misma, la tenía.
La verdad es que casi ni lo reconoció, 15 años es mucho tiempo, tanto si te pasa a favor, como si te pasa en contra, y a Ricardo la verdad es que no parecían haberle pasado por encima, más ...
... bien es como si él los hubiera surfeado, como si hubiera estado navegando por encima de ellos.
Seguía siendo alto y fuerte como lo recordaba, aunque su pelo ya no era negro y largo, se lo había cortado un poco, y las canas ya eran abundantes, pero eso lo hacían más atractivo
Adelante Ricardo, dijo Ellen
El avanzo hacia ella, que estaba sentada tras su escritorio, saludo un poco indeciso, no sabía si darle la mano, saludarse con dos besos…
R: Hola Ellen
Ella aprovecho el impasse, el momento de duda para regodearse un poco, lo normal era darle dos besos, a pesar de que ella era inglesa, ya había adoptado las costumbres locales, aunque también era una oportunidad para demostrarle quien mandaba aquí..
E; Hola Ricardo, dijo levantándose y tendiéndole su mano hacia él.
Al levantarse sintió los efectos de los tacones, de los taconazos mejor dicho…ella que siempre tenía que mirar hacia arriba para hablar con él, ahora ya se encontraba a su misma altura, quizás incluso un poco por encima de él, no estaba mal para empezar
R; Me alegro de verte.
E: Yo también
Fue un apretón de manos firme y sincero por parte de ambos, pero había algún matiz, Ricardo siempre había sido decidido y de ideas claras, ella no tanto, cuando se encontraron, años atrás, ella no llevaba tanto tiempo en España, no hablaba tan bien el idioma, no se sentía tan segura de sí misma, dudada un poco…ahora no, ahora ella apretaba la mano tanto como el, tenía confianza en sí misma y quería ...