Como ya saben mis historias-relatos son algo largos, espero sea de su gusto, he recibido muchas ideas, anécdotas, fantasías en mi IG espero recibir mas.
Mis publicaciones no siguen una cronología, las voy escribiendo y publicando a cómo van llegando a mi memoria.
Como ya saben en mi Ciudad el futbol es muy importante, yo misma en mis años universitarios fui seleccionada de primera clase.
Tenía poco a haberme recibido de mi licenciatura, y poco menos tiempo de casada con mi primer marido, mi rey adorado, quien gracias a sus influencias me consiguió trabajo de maestra en un Instituto de Bachilleres.
Al ingresar a la Catedra me di cuenta de que la red Universitaria del Instituto realizaba cada año un torneo interno de futbol tanto varonil como femenil y de ahí hacían una selección para enfrentarse en un campeonato Interuniversitario con otras Instituciones de Educación Superior.
En el campus donde yo trabajaba no había representación femenil, así que, motivaba por amor al deporte, organice un equipo femenil con las chicas del ultimo grado, fue un poco contra corriente, que, aunque mis alumnas eran mayores de edad, al ser dependientes económicos de sus padres, tuve que conseguir la autorización de los mismos.
Así como el apoyo de la Directiva de la escuela, y el de mi Rey, porque me consideraban demasiado joven para dirigir a chicas que casi tenían mi edad.
Pero contra todo eso pude lograr mi objetivo con el apoyo de la auxiliar de deportes, Raquel, y la ...
... disciplina y respeto de mis niñas, inculcándoles los principios de juego de mis “dorados” y sobre todo de mi estrella Laura, una chica con un talento natural para el futbol.
Para participar en el torneo interno viajamos a un Estado/Provincia vecino, ahí el equipo local, era el equipo a vencer, normalmente era la base de la selección y su entrenador al ser el regular campeón, era el entrenador de la selección interna.
No apostaban mucho por mi campus, dado que era la primera vez que participábamos, pero les callamos a la boca muchos, a base de talento y suerte, el talento de Laura y la suerte que nos daba la ropa interior con los colores y símbolos de mis “dorados” que mi reyecito amado me compro y usaba en cada partido.
Llegamos hasta la final, que para variar era contra el equipo local, el equipo del Profe Marcos, un tipo alto 1.80, que su vida era el deporte y la fiesta, no impartía ninguna catedra, pero era muy efectivo en ganar campeonatos para la Red Universitaria, con 35 años era el coach más exitoso en la historia de la Institución.
Durante el juego final, confiaba en mi artillería pesada, Laura, que de hecho nos dio la ventaja de 1 gol, durante el primer tiempo, pero durante el segundo, (con todo respeto a mis lectores uruguayos), la estrategia del equipo rival fue el estilo uruguayo.
Marcos: ¡Vamos!, ¡métele la pata!, ¡mándala al hospital!, ¡rómpela!, ¡pasa la bola, pero no la mujer!, mátala!, ¡que sepa lo que es amar a Dios!, etc.
Fue la constante ...