Conspiración en silencio
Fecha: 14/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: evamaniac, Fuente: RelatosEróticos
... insertándose muy lentamente entre mis labios escurridizos. Y cuando complementóesa invasión con un pellizco amoroso sobre mi pezón endurecido, no pude evitar lanzar otro gemido que enseguida censurécolocando mi mano sobre la boca. "Dios Eva, cómo puedes mojarte de esta forma..." Al muy cabrón le encantaban estas frases retóricas que podían enaltecer cualquier excitación. Y consciente de que sus magreos sobre mi superficie mamaria todavía ofrecerían más lubricación a mis genitales, abarcómis tetas con ambas manos y procedióa un masaje muy sensual que solo podría acabar de una forma. Volvía cerrar los ojos y centrétodos mis sentidos en esos tocamientos talentosos. Pero Juan tenía otros planes para mí. Se moviósigilosamente hacia los pies de mi cama y, desde el mismo borde, estirando sus brazos, me agarróde los tobillos para acercarme haciaél. Con absoluto misterio me clavóla mirada y repitióel gesto de silencio que con tanta vehemencia llevaba transmitiéndome desde que llegó. Agarrómis bragas por los lados y comenzóa deslizarlas hacia los tobillos pero, cuando apenas había llegado a las rodillas, paróde golpe mostrándome un semblante desencajado para sentenciar "Por Dios Eva, cómo puedes mancharte de esta forma..." Quéhijoputa. Este tío es puro sexo.
Acalorada y congestionada por la situación, solo pude ofrecer una mueca de vergüenza circunstancial. Yo sabía que esa guarrada que había descubierto Juan era el súmmum de sus morbos y, aunque ese tipo de manchas deberían ...
... permanecer en la intimidad de cada una, en parte celebraba que las hubiera disfrutado tanto como lo hubiera hecho yo con el tanga de alguna de mis amantes. Cuando acabóde desnudarme ahíabajo me acercótodavía más al borde del colchón y, agachándose frente a mi almeja viscosa, no dudóen abarcar con la boca todos los efluvios que emanaban de ella. Y algún que otro pelo. Mientras usaba la lengua en punta para separar los labios menores ejercía presión sobre el clítoris con el pulgar de su mano izquierda, porque la derecha ya la había estirado hacia arriba para adivinar mi pecho y pinzar una de mis areolas. Si alguien es capaz de guardar silencio en una situación así, que me mande un mensaje para proponerla al premio de "Sosa del Año". Si es que se puede considerar un premio.
Una mano tuve que utilizarla para cubrirme la boca sine die, mientras con la otra agarraba violentamente el pelo de Juan con la absurda intención de evitar que desapareciera de ahí. Pero además me servía para dirigir la contundencia y profundidad de sus envites orales antes de descargar en su boca toda la pasión que había estado acumulando desde que empezamos a flirtear tras la cena. Cuando notóque empezaba a retorcerme y que bajo mi mordaza sonaba un sollozo ahogado acompañado de varios "Ya, ya...", Juan hizo uso de su creatividad y, sorpresivamente, me sodomizócon el mismo pulgar que antes jugaba en mi botón y que ahora ya mostraba la suficiente lubricación para ser usado en ese pequeño orificio. De repente ...