Fecha: 21/09/2022,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
Todo comenzó cuando comencé mi postgrado, y me tocó mudarme a otra localidad lejos de casa, mi relación sentimental estaba algo complicada, por múltiples factores que no les contaré para no aburrirlos.
Pues bien comencé los estudios y me abarcaba el tiempo de lunes a viernes, así que los viernes salía corriendo de clases a tomar un bus que me llevara a casa a ver a mis padres los fines de semana, he aquí donde todo comenzó.
Juan “EL NEGRO” lo conocí a través de mi papa, una vez en un día de playa, ese día fue algo incómodo pues pasó todo el día recostándome su verga, yo contaba con 18 años y desde entonces siempre me tuvo ganas hasta ahora.
Entonces siempre me escribía y me decía que deseaba que fuera su mujer, pero yo siempre lo esquivaba y le toreaba sus presunciones, era amigo de mi padre, además había muchos rumores en su contra, pero bueno, muy determinadamente que soy caliente, no me atrevía a aceptar al negro amigo de mi padre.
Pues bien, como les mencioné salía los viernes a casa, pero llegaba de noche y el transporte era escaso y se me dio por llamar a Juan para pedirle el favor de llevarme a casa.
Juan: ¿hola corazón como estas?
C: hola, ¿bien y tú?
Juan: bien acá pensándote casualmente.
C: que bien, ¡sabes… necesito un favor tuyo!
Juan: ¡tú dirás mi reina para que soy bueno!
C: podrías venir a buscarme, ¡acabo de llegar y no hay transporte!
Juan: Claro amor, ¡la busco y la traigo a mi casita y nos divertimos un rato!!!
Se rio ...
... pícaramente y luego me dijo:
Juan: ¿Dónde estás? ¡Ya voy por ti!!
Le dije la dirección y en 15 minutos estaba recogiéndome, el muy canijo se apuró lo más rápido que pudo para llegar por mí, lo cual le agradecí con un fuerte abrazo y beso.
Ya en el carro me preguntó si había cenado, le dije que ni había almorzado pues no me dio tiempo por salir corriendo, entonces me dijo “vamos para que comas” se metió en un restaurant cenamos y conversamos.
Nos tomamos unas cervezas, pero ya era tarde y le dije que nos fuéramos, me llevó a casa, cuando me iba a bajar me dijo “mañana vengo por ti para que salgamos”, el corazón me brincó, pero las cervezas ayudaron un poco y le respondí que sí.
Esta escena comenzó a repetirse semana tras semanas… hasta que me dijo un día “mañana vengo por ti…” y yo le respondí como siempre que sí!
Pero esta vez todo fue diferente, salimos comimos algo y luego nos fuimos a caminar por la playa y llegamos hasta el malecón, él había comprado una botella de whiskey y comenzamos a tomar de a tragos.
Él era muy meloso conmigo, me acariciaba la rodilla y el muslo, y no perdía la oportunidad de besarme el cuello y las mejillas, yo estaba poniéndome húmeda, y estaba saliéndome de control.
La conversa se tornó algo sexual y comenzamos a jugar verdad o reto, y él aprovechaba para hacerme insinuaciones, nunca perdía el momento de hacerlo realmente… no sé si fue el alcohol y la calentura que acepté su propuesta, pero colocando ciertas condiciones, las ...