1. El celular de Alexia (Cap. 2): La niña ya no es una niña


    Fecha: 19/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... abundante cabellera plateada. Alexia me había dicho, más de una vez, que admiraba lo bien que se veía el tipo a su edad. También solía bromear conmigo diciendo que, si no me cuidaba con la comida, ni en sueños llegaría a la vejez tan bien como nuestro vecino. Sabía también que tenía dos hijos ya grandes, que no vivían más con ellos.
    
    — Son zwingers —dijo el Negro.
    
    — ¡Qué!
    
    Conocía la filosofía zwinger desde que era chico. Incluso leí varios artículos periodísticos y vi un par de documentales al respecto. La idea de permitir que tu pareja se acueste con otro, y además consensuarlo con otra pareja, me parecía sumamente extraña, aunque nunca me pareció una costumbre repudiable, como sí lo era para muchos puritanos que conocía. Había prácticas aún más extrañas: últimamente aprendí de algo llamado cuckold, que era similar al zwinger, sólo que, en ese caso, era sólo la mujer la que se acostaba con otros, siempre con el consentimiento de la pareja. Sabía que esas cosas, y otras aún más peculiares, existían. Sin embargo, eran de esas cosas que siempre parecían lejanas. Cosas que suceden más en la ficción, y que en la realidad sólo ocurren de forma sumamente aisladas. Por eso, cuando el Negro Rivera me dijo lo de los Aguirre, no pude evitar sorprenderme.
    
    — ¿En serio?
    
    — ¿Para qué te voy a mentir? —contestó—. Lo que te quiero decir es que cada pareja es un mundo. Si a ustedes les gusta esos jueguitos, está todo bien. No te hagas tanto drama. Ya los veo dentro de poco, ...
    ... con látigos y esposas.
    
    El Negro no estaba tan lejos de la verdad. El sadomasoquismo soft era algo que no me disgustaba en absoluto, y el encuentro de aquella noche podría haber sido el puntapié inicial para zambullirnos en esa costumbre. La idea de tener a Alexia atada mientras la castigaba con latigazos, me excitaba. ¿O debería ser yo el que estuviera atado? Alexia había hecho una infructuosa carrera de teatro, que sin embargo le resultaba muy útil en momentos como esos, como bien había demostrado cuando tuvo el encuentro con el intruso.
    
    — Sí, es verdad, creo que le estoy dando demasiadas vueltas al asunto.
    
    El negro sorbió el mate. Sus ojillos marrones se achicaron mientras me escrutaba con curiosidad.
    
    — Vos me habías contado que antes de salir, eran amigos con Alexia ¿No?
    
    — Sí, la conocí en la facultad. Nos sentábamos uno al lado del otro. En seguida no hicimos mejores amigos.
    
    El Negro hizo un gesto de escepticismo.
    
    — Pero a vos te gustaba de entrada me imagino.
    
    — No, la verdad que no. Bah, me parecía una mina linda —dije rememorando aquellos primeros tiempos de conocerla. Su risa fácil, su actitud varonil que aparecía de repente, la facilidad con que se podía hablar con ella, su incondicionalidad una vez que ya éramos cercanos… todos esos detalles me hicieron quererla como hacía mucho no quería a nadie—. Pero al principio sólo la veía como una amiga —seguí diciendo—. Es más, me parecía una estupidez mezclar las cosas. En ese momento tenía varias ...
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