1. La mamá de Joaquín


    Fecha: 16/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... molestarlo a papá que casi siempre se levanta a esa hora.
    
    En ese momento mamá llevaba un pantalón ajustadísimo y una remera también muy ceñida a su cuerpo. Pensé en pedirle que, solo por mañana, se vista de manera más recatada, pero no me animé a hacerlo. Con esas cosas siempre fue intransigente. Ella se vestía como quería y punto. Además, la mayoría de su ropa era así de sensual.
    
    —Y otra cosa ma. ¿viste el chico con el que me peleé ese día?
    
    —No te peleaste, él te pegó. —Aclaró mamá innecesariamente. Y después agregó —. Qué pasa con él.
    
    —Bueno, es uno de los compañeros que vienen mañana.
    
    —¿¡Qué!? —estalló mamá. —No, de ninguna manera voy a dejar que ese salvaje entre a esta casa. ¿Cómo podés hacerte amigo de ese chico?
    
    —No me hice amigo de él. La profesora lo puso en mi grupo. Además, ahora ya casi no me molesta.
    
    —¿Casi? — dijo mamá exaltada. —¿Casi? No, ni hablar.
    
    No me quedaba otra. Tenía que sacar el as bajo la manga.
    
    —Ma, no te quería decir esto, porque no te quería preocupar. Pero…
    
    —Pero qué.
    
    —Hace un par de semanas, dos chicos del otro turno me quisieron pegar. —congesé, omitiendo los detalles más desagradables, como cuando el gordo casi me mea encima.
    
    —¡Pero ese colegio está lleno de salvajes!
    
    —Sí, bueno. Pero el que me defendió fue Pitu. Sebastián Medina. —le dije. —El pibe es un salvaje, como vos decís, pero tiene códigos. —agregué, sin estar del todo seguro de si lo que yo mismo decía era cierto.
    
    —¿De verdad te defendió ...
    ... él?
    
    —Sí, además, vos misma me enseñaste ma, que todo lo diferente genera incomodidad en la gente. Y bueno, nosotros somos diferentes. Y ellos se están acostumbrando a nuestra presencia.
    
    Mamá quedó meditando un rato.
    
    —Bueno, está bien. invitalo. —dijo al fin.
    
    Capítulo 3
    
    Pitu
    
    Era la primera vez que me ponía fachero por una mina. Siempre uso ropa que me quede cómoda, sin importarme si me veo bien o mal. Además, nunca necesité hacerlo. Como dice El Indio Solari, a las minitas les gustan los payasos y la pasta del campeón. Yo tenía esas dos cosas. Pero con la mamá del cheto no me podía confiar tanto. Ella era una mujer, no una wachita a la que se le mojaba la bombacha apenas le hablaba.
    
    Me puse una camisa piola que me había regalado la viaja cuando cumplí dieciocho, un pantalón de jean que masomenos zafaba, una cadenita plateada con una cruz, que caía sobre mi pecho, porque me había desabrochado un par de botones de la camisa. Tenía el pelo corto, porque le había rompido las bolas a la vieja para que me de unos mangos para la peluquería. Le robé un poco de colonia al Esteban. Me miré al espejo. Me veía como pretendía. Un macho alfa. Eso era. Pensé que a lo mejor estaba exagerando. Me iba a hacer un trabajo práctico, no a un baile. Pero ya estaba. Además, como decía el tío Omar, cuando uno quiere cogerse a una mina, hay que ir con todo, sin timidez ni dudas.
    
    Me tomé el bondi, porque si iba en bici seguro llegaría todo chivado.
    
    Toqué el timbre de la casa de ...
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