... suegros.
- Muchas gracias por la invitación esta noche, la pasé muy lindo. Ah, y felicidades de nuevo - dije, saludando a Elena con un abrazo.
- El placer es todo nuestro. Gracias por venir - respondió ella
Me acerqué a Juan para saludarlo, y al abrazarme pasó su mano muy suavemente por mi cintura y apretó sutilmente. Sentí como algo en mi cuerpo tembló y un calor subió por mi cuerpo. No sabía si había sido real o yo estaba alucinando esa situación.
- Realmente es un placer conocerte - dijo susurrando en mi oído mientras me abrazaba.
Sentí su cálido aliento en mi cuello al hablarme y cómo los vellos se me erizaban. Definitivamente no era fantasía mía. Mi suegro estaba flirteando conmigo.
Ellos se fueron en el auto sin que nadie más se percatara de esa secuencia de hechos, y Facu y yo nos subimos a su auto. Yo iba muy callada en mi asiento.
- Amor, ¿estás bien? Te noto callada.
- Sí, Facu, estoy muy bien. Sólo un poco cansada. La pasé muy bien hoy.
- Yo también - me dijo mientras me sonreía y apretaba cariñosamente mi rodilla desnuda.
En ese momento, yo fantaseé con que fuera la mano de Juan la que me tocaba.
A la mañana siguiente, Juan salió alrededor de las 10 a juntarse con unos amigos, con los que jugaba un partido de fútbol. Yo me quedé durmiendo un rato más, ya que era domingo y era el día en el que aprovechaba para dormir un poco más.
De repente me despertó el timbre, pero no era el del edificio, sino el del departamento. Me levanté ...
... y sin vestirme me acerqué a la mirilla de la puerta (como hacía calor, dormía sólo en bragas y una remera muy grande y un poco larga, que me llegaba un poco más abajo del culo). Era mi suegro. ¿Cómo había entrado al edificio?
Abrí levemente la puerta escondiendo mi cuerpo semidesnudo tras ella, y dije:
- Hola, Juan. No sabía que venías. Facu se fue a jugar un partido.
- Buen día, perdón que venga sin avisar. Y perdón si te interrumpí mientras dormías. Un vecino me dejó pasar al edificio. Puedo volver en un rato.
- No hay problema, ya iba a levantarme. Si quieres puedes pasar.
- Si no es molestia, claro.
Abrí la puerta con un poco de vergüenza. Me miró de arriba a abajo con una cara que no pude descifrar.
- Perdón que te reciba así, es que hace tanto calor que duermo de esta manera. Voy a ponerme algo más.
- No hay problema, no es necesario que te mueras de calor por mi culpa... - me dijo con una sonrisa pícara
Me reí y sin responder nada más, me puse una bata arriba de lo que tenía.
- ¿Te sirvo un café? - ofrecí
- Por favor
Serví dos tazas y llevé unos bizcochos a la mesa.
Él estaba mirando alrededor todo, y cuando llegué se sentó.
- Facu no debería tardar demasiado en llegar - dije como disculpándome
- No tengo ningún apuro, además disfruto de tu compañía -dijo sonriendo mientras tomaba de su taza.
- ¿Están disfrutando su estadía en la ciudad? - pregunté porque no sabía qué decirle
- La verdad que sí, pensábamos quedarnos ...