1. El préstamo: Claudia paga en abonos


    Fecha: 09/09/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... descanso.
    
    —No, yo ya no aguanto…
    
    —¿Otra vez? Pinche precoz cabrón.
    
    —Voy, no mames voy...
    
    Solo sintió el primer chorro mojar su rostro, después cayeron uno tras otro. Algunos incluso les dieron tiempo de volver a lanzarle su leche por segunda vez.
    
    Sentía la cara pesada, el semen le escurrí por sus tetas desnudas y rojas de tanto apretón. Mientras intentaba inútilmente quitarse las plastas de semen, seguían agarrando sus nalgas, apretando sus tetas e insultando sin parar.
    
    —¡Qué buena puta!
    
    —Déjate dar unas metidas de verga cabrona
    
    —que te animas, yo jalo mija.
    
    Se puso su camiseta y salió, era notoria la viscosidad en su rostro, viajó en el autobús con la cara abajo, además apestaba a semen. Se bañó y al salir le reclamo por teléfono a Manuel.
    
    —¿Qué pasó?
    
    —Es que así ya no… además les cobras mil yo solo te abono de a quinientos
    
    —Son negocios flaca, pero mira. ¿Quieres acabar rápido de pagarme?
    
    —Sí, pero ya no lleves más, me duele la quijada.
    
    —Te cogemos mija, con condón, puro normalito, nada por el culo ¿o te gusta?
    
    —No… duele mucho…
    
    —Hay cabrona, ¿qué dices? De a mil por cabeza? Y aparte te doy dos mil a ti.
    
    —No se…
    
    —Ya nada más te quedarían cinco de tu deuda.
    
    —No, con los siete no.
    
    —Ándale, te vienes el lunes que descansan los trabajadores para que no estén chingando.
    
    —Bueno… pero normal… —Claudia estaba acorralada, ya no quería, pero debía terminar de pagar, además su amiga Abril le preguntaba a ¿dónde iba y ...
    ... como había pagado un nuevo teléfono? Sospechaba.
    
    Cuando llegó, vio incluso a uno de los trabajadores aplaudiendo. Eran diez, todos con una tira de condones en la mano.
    
    —Pásale mamacita, estamos todos listos.
    
    —No… son mochos no.
    
    —Huy ya se espantó
    
    —A mi me regresas mi dinero —dijo uno enojado.
    
    —cálmate, esta morra aguanta, es buena puta.
    
    La tomó de la cintura y la pasó hasta el escritorio, Claudia llevaba un vestido corto. En cuanto la recargó, le alzó el vestido y mojando sus dedos los hundió en ella.
    
    —Hay!
    
    —Nada de hay, ya saben, con condón y nada por el mil arrugas. Le duele.
    
    Otra vez el de las nieves fue el primero en hundirle su verga de un empujón.
    
    —Hay, me duele…
    
    —Métanle algo en la boca para que se calle.
    
    —Voy… —enseguida una tras otra las vergas ocuparon su boca y tuvieron que jalar al nevera para que dejara de penetrarla.
    
    —haaaag! Haaaay! Haaaag!
    
    Los ruidos guturales que generaba Claudia se intensificaban a cada cambio en sus espaldas. Esta vez, todos tomaban su turno. No querían terminar enseguida. Sus nalgas ya enrojecidas chocaban contra las vergas de cada uno de los señores. El escritorio era muy pequeño, así que ella quedaba empinada con sus nalgas bien levantadas. Ni siquiera le quitaron sus calzones lilas, solo los hicieron a un lado. Aunque su vestido y brasier ya estaban tirados en un rincón. No tenía descanso, uno tras otro ocupaba su puesto para poseerla.
    
    Casi una hora después el primero la jalo para terminar ...
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