1. Sólo una copita


    Fecha: 06/09/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Esautomatix, Fuente: CuentoRelatos

    ... agarrar el mezcal. Se lo tomaron mientras hablaban del trabajo y trivialidades, y ocasionalmente ambos se humedecían los labios y suspiraban de forma muy comedida.
    
    Laura pensó que no pasaría de ahí, así que se levantó a dejar la copa sobre la mesita. Y justo cuando lo estaba haciendo sintió una mano que abrazaba su cintura. Él se había arrimado en un impulso irracional, y tanto se pegó, que ella pudo notar su miembro ya muy excitado contra sus nalgas, por encima de la ropa. Duro, grande, amenazante... El contacto y la respiración muy cerca de su nuca hicieron que se le escapase un profundo suspiro.
    
    Se giró, y sin necesidad de decir nada, ambos empezaron a besarse y a acariciarse con deseos contenidos... Las grandes manos de él empezaron a recorrer esas formas femeninas que tanto ansiaba, de forma desesperada, con las palmas muy abiertas. Recorrían cintura, piernas y nalgas, apretándolas con ganas. Mientras, los dedos de ella acariciaban su nuca, para ir bajando por sus hombros fuertes, por una espalda ancha, hasta alcanzar también esas nalgas que robaban su mirada diariamente... Como él no se decidía, Laura empezó a desnudarle, metiendo primero las manos dentro de los pantalones y rozando sus caderas con las uñas. Después fue desplazando las caricias hacia la parte delantera, con la intención de abrir el cinturón y bajar ya su cremallera. Pero antes optó por subir hacia su pecho y quitarle la camisa muy despacio, entre besos y jadeos lentos y suaves. Él ya se dejaba ...
    ... llevar, y empezó a su vez a tocar, a apretar sus tetas, mientras le sacaba la blusa. Lucha de besos, lenguas, y manos ocupadas en desnudarse mutuamente.
    
    Con el pecho de él desnudo, ella en brassiere y la falda medio desabotonada, Laura empezó a besarle en el cuello, en el pecho, bajando poco a poco hasta desabrochar sus pantalones casi con la boca. Podía sentir el calor de su erección brutal, la cual sentía enorme, y se le antojaba muchísimo.
    
    Él no pudo más, y cuando empezaba a bajarle los pantalones le dijo directamente: "Chúpamela amor", con el mismo tono de un niño al pedir un juguete. Le bajó los boxers y la tomó entre las dos manos... la acarició unos segundos, recorriendo toda su longitud, y después la acercó hasta apoyar la punta sobre sus labios. Empezó a lamer despacio, como si fuese un helado, todo el glande hinchado... qué cosa tan impresionante, más de 20 cm de verga erecta, gruesa y caliente, totalmente lista para ella. Se sentía súper excitada, y notaba cómo se mojaba intensamente al agarrar aquella arma poderosa y lamer la cabeza cada vez con más intensidad, dibujando círculos alrededor.
    
    Mientras, sus manos le acariciaban a la vez. Una de ellas subía y bajaba por el tronco de aquella maravilla, y la otra sostenía y masajeaba los testículos. Y él gemía y pedía aún más... "Métetela en la boca, mamita", con voz desesperada, dominada por el placer. Ella se excitaba con esas palabras mucho más, y la introducía poco a poco, en cada ocasión un poco más profunda, ...