... sofá.
Me puse de rodillas entre sus piernas mirando su polla fijamente. La veía grande, imponente, con un capullo rosado y bien gordo, con grandes venas recorriendola...
La agarré con una mano y empecé a pajearle, después la besé y la recorrí con la lengua para notar su sabor y lo caliente que estaba. Después me pasé su polla por mi cara para sentirla sobre mi piel y me di pequeños golpecitos con ella. Lo estaba disfrutando y era mi primera vez con un tío. En alguna ocasión había fantaseado con que alguien me obligaba a chuparle la polla pero ahora era yo el que llevaba la iniciativa.
Decidí metérmela en la boca, me llenó por completo y empecé a subir y bajar mi cabeza con su polla dentro mientras la pajeaba con una mano y con la otra le tenía agarrados los huevos. Él empezó a mover sus caderas y a decirme lo bien que lo estaba haciendo, que había aprendido muy rápido y que iba a ser un excelente chupapollas.
Aquello me excitó muchísimo...
- Dímelo otra vez -le dije sacándome su polla de la boca y volviendola a meter.
- ¿Te gusta que te diga que eres un buen chupapollas?
Asentí moviendo la cabeza afirmativamente sin sacar su polla de mi boca y mirándole a los ojos.
Empezó a llamarme de todo, a insultarme, me agarró por el pelo tirando de él y se levantó quedando yo de rodillas con su polla clavada en mi boca mirando hacia arriba. Se agarró la polla y me la sacó de la boca para darme una serie de golpecitos por toda la cara, me le volvía a meter ...
... bruscamente, me follaba la boca un par de veces y la sacaba para darme de nuevo golpecitos.
- ¿Te está gustando verdad? Te gusta que te dominen, lo vamos a pasar muy bien tú y yo...
Asentí de nuevo con la cabeza mientras me seguía follando la boca, lo hizo un buen rato hasta que incrementó el ritmo, empezó a respirar de forma agitada y anunció que se iba a correr en mi boca.
Su polla se hinchó un poco más y forzó mis labios que tuvieron que abrirse para acomodar aquel enorme trozo de carne que me invadía.
Y finalmente se corrió, una abundante corrida que llenó mi boca, tuve que tragar parte de la corrida mientras que otra parte se escapaba por la comisura de los labios. Perdí la cuenta de cuantos chorros de semen escupió pero fueron varios y de gran intensidad.
Me gustó.
Sí, me gustó y mucho, me gustó que me forzara a chuparle la polla, que me llevara a su casa, que me chupara él la polla y me corriera en su boca y que después él hiciera lo mismo en la mía, pero lo que más me gustó fue la sensación de ser dominado, insultado y obligado a hacer algo prohibido, algo que en mi entorno personal y profesional estaría muy mal visto. Dirían de mí que soy un pervertido y no sé cuantas cosas más.
volví a la realidad y todavía estaba de rodillas con su polla ya un poco morcilla en mi boca, sus dos manos agarrandome la cabeza con suavidad, como agradeciendo el trabajo que le había hecho. Le miré y tenía los ojos cerrados, respirando todavía agitadamente hasta que se dejó ...