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La sumisa en mí
Fecha: 31/07/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: C.Dee.L.C, Fuente: CuentoRelatos
... te tengo un regalo.— lo mire asombrada y camine hacia dónde él me dijo. En el camino lo volví escuchar —Te espero en el balcón de mi habitación.— seguí hacia mi destino. Allí en la cama encontré mi collar negro con varias argollas en plata junto con su inicial M y la cadena para exhibirme. Esto lo habíamos discutido antes, si quería ser su sumisa tendría usar el collar. Yo estaba dispuesta a eso y mucho más. Al punto que esta vez iba asombrar a mi amo sin importar las consecuencias de mi acto. Aún me encontraba excitada y quería darle todo mi ser a mi amo. Me duche, al salir de la ducha admire su obra de arte en mis nalgas. Aún podía distinguir algunas marcas. Me vestí con las medias de red hasta mitad de los muslos y las ajuste a mi liguero de encaje negro. Coloqué mis orejas de zorrita junto con el buttplug con la cola del mismo tipo de animal. Tuve que jugarme con mi ano y lubricarlo para poder introducirlo. Si antes estaba bellaca ahora sí estaba en éxtasis. Le di los toques finales a mí vestimenta con el collar, cadena y mis stillettos. Camine despacio algo nerviosa no sabía cuál iba ser la impresión de mi amo al verme como su zorrita. La sorprendida fui yo al verlo sentado solo en bóxer con un trago en su mano derecha, en la otra un cigarro y sus ojos cerrado. Pensé que no me había notado, pero a él no se le escapaba nada cuando escuché su voz decir —Pensé que te habías marchado.— suspiré gimiendo un poco al sonido de su voz. Abrió los ojos y no pudo ocultar ...
... su asombro, pero eso cambió rápidamente para darme una sonrisa maliciosa. Se levantó y tomó un hielo del vaso; el mismo lo comenzó a pasar desde mi clavícula hasta mi abdomen. Mientras iba dejando rastros del licor con el hielo su lengua iba saboreando el camino. Sentir su lengua caliente recorrer por el camino frío que había dejado aumentaban más mis ganas de estar para él. Me volteo para seguir con su juego, pero al ver que tenía una cola me mordió el hombro de una manera salvaje que sentí como mi piel se desgarró un poco. Grite de dolor, pero la reacción de mi cuerpo fue de placer. Mi amo me ordenó arrodillarme para pasarme por el balcón. Podía ver cómo él disfrutaba de mi con ese pequeño paseo. Verlo así me llenaba de una satisfacción nunca antes vivida. Él se sentó y yo seguí en cuatro gatee hacia mi amo. Ninguno salimos del asombro de lo bien que asumimos nuestros lugares. —Eres una zorrita obediente ven siéntate en mi falda y mastúrbate para mí.— le respondí —¡Sí!— él tomó la cadena y me dio dos azotes en mi espalda. No entendí porque lo había hecho cuando me preguntó —¿Sí qué?— caí en cuenta y le respondí —¡Sí, mi amo!— él sonrió complacido con mi respuesta. Me senté en su falda su miembro estaba libre de su ropa interior. Mi feminidad quedó encima de su masculinidad. Comencé a tocarme primero por el exterior de mi intimidad y luego iba descubriendo mi interior. Mi amo me acariciaba los senos, apretabas, trazaba mis pezones y cuando veía que aumentaba mi ritmo en ...