Desobediente
Fecha: 19/07/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... penetrándome sin piedad con esa verdura, que si que era dura.
Vamos por el siguiente, era algo frío bastante grueso, parecía de vidrio o metal, podía notar que eso no entraría en mí.
“Tres dos uno” dijo lleno de ganas. Levantó mis piernas, llenó el objeto de lubricante y empezó a meterlo poco a poco por mi ano. Fue un dolor inigualable. Mi sorpresa fue al sentir que empezó a vibrar, nunca había sentido algo así.
Me dijo si la próxima no adivinas empezaré a penétrate por ambos lados.
Empezó a pasar por mi piel algo peludo, un tipo de látigo. Rápidamente dije un látigo peludo. El me pego en mi concha y me dijo: "el nombre exacto es?" Me puse a pensar, pero no lograba adivinar. Fue con otro latigazo. Y me dijo puedo cumplir lo que dije, pero tengo una idea mejor.
Se levantó, me dejó, las vibraciones en mi ano aumentaron, empecé a gritar, era un orgasmo de otro tipo. Estaba por empezar a chorrear, en ese momento se detuvo, que tortura era esa.
Escuché que trajo algo grande. Lo instalo o algo así se escuchaba. Puso algo en entre mis piernas. Mientras empezó a pasarme el látigo por mi cuerpo nuevamente. ...
... Era algo muy estimulante y esos pequeños golpes que te retuercen de dolor pero que te hacen mojar. Empezó a sonar como si algo se encendiese. Y empezó a haber movimiento a mi alrededor. Entonces lo que tenía en mi concha empezó a moverse a penetrarme. Era una sex machine, no puede ni analizar esa idea, cuando mi ano empezó a vibrar, estaba como una diosa. Me dejo disfrutar unos segundos y luego metió su pene en mi boca.
Me estaba ahogando, no me dejaba respirar, lo metía hasta el fondo. Por un segundo lo saco de mi boca, en ese momento las penetraciones aumentaron de velocidad y eran más profundas y violetas, las vibraciones eran demasiado fuertes. Volvió a meterlo en mi boca, la estaba penetrando a su gusto.
No podía ni pensar de lo excitada que estaba. Se vino en mi boca, y yo tuve un squirt impresionante, mi primero. La máquina se detuvo y las vibraciones más eran leves.
Me quitó la venda, soltó mis manos y me dijo: "¿me vas a volver a desobedecer?" Y le dije: "no nunca". Me abrazó, y me besó.
Nunca me había sentido tan sucia, mis piernas aún temblaban y sentía cómo seguía chorreando mi líquido por ellas.