Desobediente
Fecha: 19/07/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Prendí las velas, dejé los aceites sobre la mesa y puse la música designada. Me recosté sobre la mesa. Abrí levemente la bata como me ordenó. Lo esperaba ahí con las piernas abiertas, para que al abrir la puerta sea a mí, a su disposición, lo primero que vea.
Había creado un ambiente sexy, pero él aún no llegaba. Así que no me pude resistir. Tomé uno de los aceites y lo vertí sobre mis pechos y en mi abdomen, dejando que mojara mi tanguita. Empecé a tocar mis piernas, masajear mis tetas, provocarme poco a poco. Pasaba mis dedos por mis hombros, mis brazos. Así empecé a mojarme cada vez más, estaba muy caliente. Pensar en todo lo que él me haría me ponía muy cachonda.
Hice mi tanga a un lado, y empecé a tocarme. Cerré los ojos y sin darme cuenta me estaba masturbando y gimiendo a todo volumen.
No le escuche entrar, supongo que al verme así, sin seguir sus órdenes, hizo que se acercará a mi lenta y silenciosamente. Estuvo observándome sin que yo sepa hasta antes de alcanzar mi orgasmo. Estaba al borde, cuando golpeó sus llaves sobre la mesa, y me dijo: “esto no es lo que te ordene”. Me hizo a asustar y a mi orgasmo también.
Me acerqué para besarlo, y mientras me bajaba de la mesa sexymente le dije: "es que no me pude resistir, mírame".
Me miro de pies a cabeza mientras caminaba hacia él. Estaba a nada de rozar sus manos, cuando me dio la vuelta, golpeándome contra la mesa, dejando mi trasero listo para ser golpeada.
Me dijo: “te miro, pero tu solo debes ...
... provocarme a mí”, soltó su correa y empezó a azotarme. “Cuando te doy una orden la obedeces” y otro correazo.
Hubiese sido un buen castigo si no hubiera disfrutada de cada uno de sus reproches. Empecé a gemir sin control, me pego de nuevo y me dijo: “te gusta esto, ¿no? Eres una perra”.
Me giré me puse frente su cara y le respondí: “creo que te voy a desobedecer más seguido”. Le guiñe el otro mientras me daba la vuelta. Y caminaba hacia la sala.
Era un amo no podía permitir que le faltara el respeto de esa manera. Así que fue a la sala. Me paro, me amarro las manos entre sí. Me cargo, y me abrió de piernas en la mesa. Luego vendo mis ojos. E hizo lo necesarios para que me moviera en lo más mínimo. Fue por algunas cosas, pero no sabía cuáles.
Por fin regresó y me dijo, voy a tocarte con ciertas cosas si no adivinas te penetro con estas o te látigo dependiendo de lo que sea. Arranco mi tanga, y empezó el juego. El cual obviamente me excitaba demasiado.
Empezó con el primer objeto, empezó a pasarlo por mi concha mojada. Me dijo:” vas arrepentirte de ser una zorra desobediente”.
Ese lenguaje me hubiera molestado en cualquier momento, pero ahí, solo me excitaba más.
Me dijo: "¿sabes lo que es?". Yo solo sentía algo grande, como un miembro, pero sin venas, no era plástico algo más firme. Empezó a penetrarme con el lentamente, vamos adivina o lo tendrás dentro de ti. Dije contenta "una berenjena". El río y me penetro hasta el final, “cerca un pepino”, siguió ...