Esclavas del mar
Fecha: 24/06/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos
... nuestra habitación y fuimos al comedor, donde ya estaban mis suegros desayunando. Nos unimos Gino y yo a ellos y hablamos de distintas cosas, mientras la servidumbre nos servía el desayuno. Al terminar, tomamos nuestras cosas y nos fuimos al puerto privado de la casa, para abordar el yate. Allí nos esperaba David, que era el encargado del mantenimiento del pequeño yate. No pude evitar detallarlo con la mirada. Era un negro alto, de unos 1.90 metros, increíblemente fornido, de espalda ancha y brazos gruesos y musculosos. Vestía únicamente un short, y su cuerpo se veía realmente hermoso, abrillantado por el sudor. Parecía Arnold Schwarzenegger en sus años mozos, aunque creo que con la espalda más ancha aun. De verdad me quede realmente impresionada con ese hombre.
-Buenos días David, ¿todo listo? –Le preguntó mi suegro (quien por cierto se llama Víctor)
-Buenos días Víctor, todo listo. Nina ya está a bordo esperando. –le contesto el negro, con voz gruesa. Me sorprendió el hecho de que no lo tratara como el resto de la servidumbre, con sumo respeto.
-¿Nina también vendrá? –pregunto Gino, un poco contrariado por la noticia. Gino quería mucho a su hermana, aunque últimamente solo la criticaba por su conducta de niña estúpida.
-Si –dijo la señora Alessa. –Hablé con ella esta mañana, le dije que quería que viniera. Quiero que pase más tiempo con nosotros, en familia. Pienso que la hemos descuidado mucho y tal vez así se meta en el carril. –termino de decir mi suegra, ...
... mientras abordábamos el yate.
Una vez todos estuvimos a bordo, David prendió los motores e iniciamos la marcha para alejarnos de la costa. Durante el viaje no puede quitarle la vista a David de encima, nunca había sentido esa clase de atracción por un hombre, ni siquiera cuando conocí a Gino. El verlo haciendo las tareas de peso durante el viaje, manejando el yate, cargando cosas extremadamente pesadas que ni mi novio ni mi suegro podían alzar ni siquiera entre los dos, en cierta forma me cautivaba. Afortunadamente durante el viaje Nina se comportó bien, la señora Alessa sin embargo le reviso los bolsos que ella trajo en el paseo, en busca de alguna droga o algo por el estilo que pudiera perjudicar la tranquilidad y la paz que buscábamos en familia, aunque dicha búsqueda afortunadamente fue infructuosa.
Una hora después de haber partido del puerto me dirigí a mi camarote para buscar una crema bronceadora, y en el camino sentí un ruido en el baño. Como vi que la puerta estaba entreabierta, me asomé disimuladamente y lo que vi hizo que se me pusiera la piel de gallina. Era David, quien se había quitado el short y solamente tenía puesto un bóxer de color blanco que se le pegaba por toda su humanidad por allá donde cubría. Pude ver como esa prenda dibujaba a la perfección su falo el cual se hallaba curvado hacia un lado totalmente pegado a su cuerpo y cuya punta llegaba hasta un costado de la cadera prácticamente. No solamente se me puso la piel de gallina, sino que también ...