1. Lesbiadas


    Fecha: 18/06/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Lib99, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus exvotos, ambas se arrodillaban ante mí.
    
    Estíbaliz sujetaba mi polla por el fuste, cerrando sus dedos alrededor de mis testículos, para introducirse hábilmente el miembro en su boca, rodeándome de una indescriptible sensación de cálida humedad, como si mi verga hallara al fin su destino ineludible, el anhelado hogar del que no querría salir jamás. Mientras sus labios se deslizaban como un anillo de jugosa carne a lo largo del cipote, Araceli, a mi espalda, posaba sus manos en mis nalgas y las abría con firmeza. Su dedo índice, humedecido por su propia saliva, comenzaba a estimular mi ano, hasta que, alcanzada una dilatación adecuada, se insertaba en mi interior en busca del bulto de mi próstata. La combinación de sensaciones, con la boca de Estíbaliz acariciándome con su saliva mi polla y el largo, delgado y juguetón dedo de Araceli explorando mi esfínter, hacían que me sintiera lo más cerca del cielo que nunca, probablemente, estaría nunca.
    
    El placer creciente, expansivo y magnético invadía todo mi interior hasta desbordar mi escasa fuerza de voluntad, rendida ante la concupiscencia de aquellas dos diosas del sexo, provocándome una convulsa eyaculación dentro de la boca de Estíbaliz. Oleadas de ondas sísmicas recorrían mi columna cerebral hasta inundar mi extasiado cerebro. Por un instante –equivalente a una fugaz eternidad– creía morir, arrastrado hacia un gozoso éter que estimulaba una infinidad de pulsiones en todas y cada una de mis terminaciones ...
    ... nerviosas.
    
    Después, una vez culminado el mejor orgasmo de mi –entonces– corta vida, las acompañaba hasta su habitación, la cual, en las últimas semanas, se había convertido en mi particular e inalcanzable nirvana; me tumbaba entre sus desnudos y húmedos cuerpos sobre las revueltas sábanas empapadas con el olor de ambas: una mezcla de sudor, fluidos corporales y delicados perfumes. Allí, durante horas, nos dedicábamos a satisfacer todos nuestros deseos, nuestros caprichos, nuestros más recónditos anhelos…
    
    Una maravillosa perspectiva, ¿verdad? Imaginaos la escena: los tres formando un bocadillo, un emparedado de carne conmigo entre aquellas deseables anatomías. Estíbaliz se tumbaba de espaldas sobre el colchón para que yo me colocara sobre ella. Abría los muslos para ofrecerme su coño dilatado, empapado y cálido. Yo me pegaba a su pubis, le sujetaba las caderas con ambas manos y, muy despacio, la penetraba, sintiendo como su jugosa cueva acogía mi fuste, hasta que sus labios rozaban mis velludos testículos. Entonces, Araceli cerraba el bocadillo, pegando sus tetas a mis omoplatos y su pubis a mis glúteos, para acompasar el movimiento de sus caderas a mis dulces embestidas contra el coño de su amante.
    
    Sus manos se deslizaban entre nuestros cuerpos, alternando sus caricias entre mis pectorales y las tetas de Estíbaliz, entre la rugosidad de mis huevos y el sedoso pubis de ella. Después, cuando nuestra follada crecía en ritmo e intensidad, Araceli introducía sus manos entre mis nalgas, ...
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