Nuestra Historia
Fecha: 08/06/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... subiendo la temperatura, en aquel lugar donde el frio de la noche cala los huesos, se fue convirtiendo en un horno, nos la pasamos varios minutos besándonos, acariciándonos, sin que ninguna tomará la iniciativa de quitarse la ropa o intentar hacerlo, estábamos nerviosas eso se notaba, era la primera vez que las dos estábamos íntimamente con una mujer.
Yo por mi parte había tenido acercamientos sexualmente hablando con mujeres, pero nunca llegó a ser una relación sexual como tal y ella por su lado, había estado con hombres, pero nunca con una mujer, así que se podría decir que era la primera vez para ambas, y se notó, el miedo era total, muchos nervios, mucha inseguridad, hasta que me armé de valor y pensé si no es ahora es nunca, y empecé a quitarle su pantalón.
Su ropa fue desapareciendo al igual que la mía de una manera desesperada, era como si lo necesitáramos, en pocos minutos ya estábamos desnudas, quedé deslumbrada con su belleza, su abdomen perfecto, sus senos redondos y erectos por mí, para mí, la verdad no sabía que estaba haciendo, pero el solo hecho de verlos así me llevaron por instinto a besarlos, fue entonces cuando la música del fondo empezó a mezclarse con sus gemidos, era tan excitante escucharla, sentirla, hacerle despertar todas esas sensaciones, era lo máximo, me sentí tan bien, un poco torpe pero sentí que ese era mi lugar.
Mientras mi boca seguía deleitándose de sus senos, mis manos inquietas exploraban su cuerpo, acariciaba su abdomen, sus ...
... piernas, hasta que toque aquel paraíso, lleno de líquidos, estaba totalmente lubricada, jamás en mi vida pensé que fuese a lograr algo así, pero lo hice, mojo toda mi mano y no me quería quedar con las ganas de probar su sabor, por instinto fui bajando, mientras ella se estremecía con mis besos, y llegue a aquel lugar, olía muy rico, indescriptible aquel olor, pasé mis besos por sus piernas, mi aliento rozaba sus labios mayores y su clítoris, me acercaba y respiraba un poco y volvía al costado de sus piernas, era una espera tortuosa pero excitante, cada vez más deseaba que estuviera ahí, movía mi cabeza pidiéndome un beso, una caricia a su clítoris, y después de varios juegos alrededor, lo besé, y probé aquel néctar de su ser, era exquisito, una delicia total, estaba extasiada besándolo, haciéndolo mío, mi lengua se dedicaba a el de una manera entre rápida y lenta haciendo que sus gemidos aumentaran, su cuerpo se estremecía y yo me enviciaba cada vez más de su sabor.
A medida que su cuerpo se estremecía y sus gemidos me hacían entender que estaba a punto de llegar, tomé con uno de mis dedos y entré en su vagina, empecé un mete y saca lento, el cual fue aumentado al igual que sus gemidos, entré un poco más con dos de mis dedos y mientras mi lengua jugaba con su clítoris, mis dedos hacían presión en su pared vaginal, estimulando su punto g, y allí después de un tiempo, sentí como todo su cuerpo se tensó, sus gemidos se hicieron mucho más audibles, y mis dedos quedaron atrapados ...