Nuestra Historia
Fecha: 08/06/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... el camino mientras ella me escuchaba atenta con una sonrisa hermosa en sus labios, en ese momento creo que la aburrí, pero ella tenía claro que yo estaba nerviosa, y solo me regalaba esas sonrisas que me derretían.
El parque al que fuimos quedaba a una hora más o menos de donde estábamos, cuando llegamos pensé que era el lugar perfecto, naturaleza, animales, juegos, tenía de todo y todo me gustaba, fue un día muy agradable, volví a enfrentar uno de mis miedos más grandes, los anfibios, entramos a un lugar lleno de ellos, yo trataba de disimular pero me fue imposible, el solo hecho de verlos hacia que me erizara y empezara a tartamudear, al salir de aquel lugar no se le ocurrió mejor forma de “romper el hielo” asustándome con esos bichos, creo yo que ha sido el momento en el que más miedo le he mostrado y aun se ríe de mi al recordar ese momento.
El día transcurría entre risas, juegos, miradas cómplices y sonrisas furtivas, yo tenía claro que si no tomaba la iniciativa de darle un beso, eso jamás ocurriría, así que cada lugar que recorríamos era un escenario ideal para besarla, pero siempre pasaba algo que me impedía hacerlo, quería que fuera especial, algo que recordara siempre, y al ser un lugar tan mágico, cualquier espacio era el ideal, pero pasaba algo muy extraño, llegábamos a un lugar en donde había poca gente y al momento de entrar se llenaba, y mis ganas de besarla volvían a reprimirse, nunca he sido de dar espectáculos en la calle ni mucho menos y esa no sería ...
... la excepción, así que trataba de buscar el lugar ideal en el cual estuviéramos solo las dos, pero fue casi imposible. En algún momento de la tarde me mencionó que el león “Duque” se encontraba en una parte de parque a la cual no habíamos ido, así que nos fuimos para allá, antes de entrar había una escultura de tamaño real de una jirafa muy bonita, le dije que quería una foto ahí, así que posé y me la tomó, luego le dije que ella posará que ahora yo le tomaría la foto, al principio no quería, pero logré convencerla, tenía el celular en mis manos, la vi a través de la pantalla y pensé “es ahora o nunca” así que tomé la foto y me dirigí hacia ella, la mire a los ojos y solo atiné a decirle “estas hermosa” y fue allí cuando rápidamente me acerque y la bese, sus labios ahora estaban en los míos, sentí tocar el cielo con las manos, sus labios eran tan dulces, tan suaves, tan exquisitos, que si no fuera porque en ese momento venía una familia por nuestro lado, ahí me hubiese quedado, con el corazón en la mano de los nervios convertidos en felicidad.
El día transcurría y no podía sacar de mi mente la sensación de ese beso, al parecer yo no fui la única a la que le gusto, ya que buscábamos cualquier lugar para probar nuevamente aquella maravilla, pasando de la escultura en tamaño real de jirafa a los jardines colgantes de babilonia, para luego besarnos en un rincón oscuro de un barco pirata hasta en un mapa gigante en relieve de Colombia, y así pasó todo el día entre risas, miradas ...