Paulina raptada
Fecha: 07/06/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Fatiga2021, Fuente: CuentoRelatos
Paulina, una joven como tantas en sus 21 años, se había independizado recientemente y mudado a una casita de suburbio en las afueras de una ciudad rural.
Como todas las mañanas tomo un desayuno rápido y salió a correr su par de kilómetros habituales, se preocupaba mucho de mantener una buena figura, pues de esta dependía en mucho su sustento y el éxito en su trabajo.
Comenzó a correr por el sendero que pasaba frente a su casa y que también llegaba hasta una vieja granja semiabandonada. Corría escuchando su música preferida y absorta en sus pensamientos. ¿Que debía mejorar en sus shows, que podía implementar?
Cuando pasó por frente a la granja no se percató que era observada por aquellos ojos crueles y lascivos. El hombre se puso de pie en su porche y después que espero un momento salió para seguirla.
Como vio que no la alcanzaría decidió ocultarse y esperar su regreso al costado del camino.
Después de un rato Paulina venía de regreso sin enterarse de nada, él le salió al cruce por detrás y la golpeo en la cabeza.
Poco a poco fue volviendo en sí, abrió los ojos lentamente, no comprendía que pasaba, todo estaba en una nebulosa, de pronto se quiso mover y no pudo, probo de mover las piernas y no lo logró. En eso siente que alguien le arroja un cubo de agua helada por el rostro y el torso, esto termino de despabilarla.
Estaba tendida boca arriba en una cama mal oliente y sucia, se ve que haría mucho tiempo no se cambiaban esas sabanas. Frente a ella sentado ...
... en una silla a los pies de la cama estaba el hombre más sucio y repulsivo que pudiera imaginar.
Trato de hablar pero no pudo y sintió el sabor agrio en la boca, el hombre la había a amordazado con un trapo sucio y un poco de cinta.
Hola Paulina, al fin nos conocemos personalmente y el placer es todo para mí, bebe. ¿Te imaginas quién soy? Hablamos mucho todos los días en tu chat, lo que tú no sabías es que somos vecinos, no tuviste mejor suerte que mudarte a mi vecindario.
“Adivina que va a pasar ahora? Pues que vas hacer todos tus shows y los que yo invente, para mí y gratis, sin exigir tokens ni nada de esas estupideces.”
El hombre se puso de pie y se aproximó a ella a la altura de su torso, saco de su bolsillo dos pinzas de ropa y puso uno en uno de los delicados pezones de Paulina, ella emitió un chillido agudo y empezó a respirar aceleradamente, presa del miedo, la sorpresa y el dolor.
Dio la vuelta lentamente hasta el otro costado de la cama e hizo lo mismo en el otro pezón. Ella volvió a gemir, una lagrima le asomo por el rabillo del ojo. “¿Vas a llorar? ¡Pero si recién comenzamos?” Miro su entre pierna, un coño afeitadito y apetecible para cualquiera que lo viera por la cam, pero ahora estaba ahí frente a él, en persona, a su merced. ¿Qué le haría primero? Acerco su mano, tomo su clítoris con el pulgar y el índice tirando hacia arriba y allí coloco otra de las pinzas. Paulina aulló de dolor sin poder moverse, pues estaba fuertemente atada a los extremos ...